La lupa sobre quebradas en Cuenca
UN ESTUDIO de la GIZ, de Alemania, que hace cooperación internacional, determinó que en esta ciudad hay 180 quebradas.
Un estudio de la GIZ, que es una organización de Alemania dedicada a la cooperación internacional, en especial, en temas de medio ambiente, determinó que en Cuenca hay 180 quebradas.
Asimismo, identificó que las casas mal construidas depositan sus aguas residuales en los taludes lo que provoca que el suelo se sature y altere estos cauces naturales.
Erick Gutiérrez, titular de la Dirección de Gestión de Riesgos (DGR), del Municipio de Cuenca, explicó que han identificado las quebradas que necesitan un mantenimiento prioritario.
Señaló que han determinado que al menos 30 de estas requieren obras, especialmente, de conservación para prevenir eventualidades como desbordamientos, represamientos y deslizamientos.
Entre estas está la quebrada conocida como Los Sucos, en Sinincay, en donde la DGR hizo una limpieza de desechos ante la alerta de la población, que podría desbordarse debido a las lluvias.
Gutiérrez indicó que tienen un plan de contingencia para atender las emergencias que pueden presentarse por la temporada de precipitaciones y el Fenómeno de Niño, que según las previsiones, afectará a parroquias como Chaucha y Molleturo.
“Tenemos 4.500 recursos entre personal y maquinaría para responder a las emergencias, también tenemos el apoyo de los 21 gobiernos parroquiales que asimismo tienen maquinaria”, expresó.
Actualización del catastro
Para Juan Palacios, ingeniero civil e investigador en hidrología, era urgente actualizar el catastro de quebradas que tiene Cuenca para conocer las condiciones en las que están y sus características.
“Las quebradas mal manejadas o descuidadas son un riesgo, que puede representar incluso la pérdida de vidas y grandes daños materiales, por eso es necesario determinar el nivel de riesgo que significan para la población...”, dijo.
Señaló que las principales quebradas que tiene Cuenca y que van hacia los cuatro ríos: Yanuncay, Tarqui, Tomebamba y Machángara, son: El Salado, Milchichig, Tres Marías (Guzho), El Muerto (Turi) y San Miguel de Putushi (Sayausí).
Una de las de mayor riesgo es la de Milchichig, porque a lo largo de esta, principalmente, en la zona baja, se han construido viviendas, por lo que hay muchos asentamiento humanos.
Algo similar pasa con la quebrada de El Salado, que baja de Baños y que está embaulada desde la avenida De Las Américas. Esto lo hizo la Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado (ETAPA EP).
Hay un mapa hidrográfico
La Universidad de Cuenca tiene un mapa hidrográfico de la microcuenca de los ríos Tarqui, Yanuncay, Tomebamba y Machángara. Aquí se identifica el área de drenaje donde se originan quebradas y riachuelos en laderas y pendientes altas.
La del Tarqui tiene 477.42 kilómetros cuadrados (km²), la del Yanuncay 414.85; la del Tomebamba 326.67 y la del Machángara 332. En medio de estas hay dos cuencas falsas: la una de 47,3 y la segunda de 11,45.
En el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT) de Cuenca constan áreas declaradas como no urbanizables, porque entre otros factores, hay quebradas.
Este plan recogió datos del Mapa de Amenazas Geodinámicas e Hidrológicas de Quebradas: zona ciudad de Cuenca y sus Alrededores para la Planificación Territorial. (CSM)-(I)
El Mapa de Amenazas Geodinámicas e Hidrológicas de Quebradas; zona ciudad de Cuenca y sus Alrededores para la Planificación Territorial data de 2015.
La consultora Sirio&Persea hizo un estudio de la quebrada de Shinshín, en Baños. Esto por encargo de la organización de cooperación internacional GIZ.