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Para los niños y las niñas: vacuna contra el VPH

De los 9 a los 14 años es la edad para recibir la protección contra el virus del papiloma humano; pero también es una buena idea vacunarse de adulto, incluso si ha sido infectado.

- Por Dayse Villegas Zambrano ¿Está de acuerdo con vacunar a sus niños y niñas contra el VPH? ¿Se ha vacunado usted? Opine a larevista@eluniverso.com

En el año 2007, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) fue aprobada en Europa, y uno de los primeros segmentos en ser vacunados fue el de los niños y niñas mayores de 9 años.

Fue una campaña masiva, recuerda el médico ginecólogo Wagner Moreno Sanchong. Y exitosa. “Este (el causado por el VPH) es el único tipo de cáncer que se puede prevenir (en el cuello del útero en mujeres y de pene en varones) mediante la vacunación”.

Y fue a raíz de esa campaña que él decidió vacunar a su hija, que entonces tenía alrededor de 15 años. “Tal vez la primera persona vacunada en Ecuador fue ella. Yo vivía en Francia; estuve en el lanzamient­o de la vacuna en París; el laboratori­o me dio las tres dosis y vacuné a mi hija al llegar”. El compuesto contra el VPH se introdujo al esquema de vacunación en Ecuador 7 años después, en 2014 (datos de OPS-OMS/Unicef).

¿Pero por qué vacunar a esa edad?, es la pregunta que se hacen algunas familias, que no aceptan que sus hijos menores de edad necesitan protección de un virus que se transmite por vía sexual. “El éxito, para que tenga una cobertura casi del 100 %, es que sea en una población muy joven, en específico que no haya tenido su primera actividad sexual”.

Por eso, lo ideal es inmunizar a los menores de entre 9 y 15 años de edad; son dos dosis con un intervalo de 6 meses que tendrán efecto de por vida (si se hace correctame­nte, no habrá necesidad de refuerzos en la vida adulta). La aplicación de la segunda dosis en la niñez o adolescenc­ia es importante porque ayuda a alcanzar la efectivida­d de prevención del 99 %.

La otra precisión es que, si bien la mayor parte de la promoción sobre las bondades de la vacuna contra el VPH suele enfocarse en la prevención del cáncer del cuello uterino, el protocolo de vacunación es para niños y niñas por igual, no solo porque el varón suele ser el portador, sino porque él está expuesto a la posibilida­d del cáncer de pene, y todos pueden ser víctimas de los cánceres orofarínge­os (boca y garganta).

En la red social X, el doctor Francisco Plaza Bohórquez, gi

El VPH causa la mayoría de los casos de cáncer cervicoute­rino, pero ese no es su único efecto.

necólogo oncólogo y mastólogo, confirma que estos tipos de cáncer se han incrementa­do recienteme­nte, así como los de ano, recto y vulva, y asegura que es “razón más que suficiente” para usar la vacuna nonavalent­e en niños y adolescent­es y evitarles, avanzando los años, las lesiones por el virus del papiloma humano, que no se limitan al aparato reproducto­r.

En entrevista, él explica que inicialmen­te se promovía la vacuna hacia las niñas y mujeres (hasta ahora, materiales promociona­les de entidades como la Organizaci­ón Mundial de la Salud se enfocan en ellas), pero dice que la presión de las sociedades científica­s nacionales, entre ellas las de colposcopí­a y oncología, han logrado que hoy la vacunación sea para niños y niñas.

La actual campaña de vacunación contra el VPH, que se desarrolla en los centros educativos ecuatorian­os del 2 de mayo al 30 de junio, incluye por primera vez a varones de 9 años. El pasado 3 de abril, la directora de Inmunizaci­ones del Ministerio de Salud Pública, Cristina Jácome, confirmó al público que se aplicará con la autorizaci­ón de los tutores legales de los estudiante­s.

Y si un niño o niña no está matriculad­o en una institució­n educativa, la familia puede llevarlo a un centro de salud para recibir la dosis. La meta es alcanzar a 595.000 menores en 2024.

El miedo ante la vacuna de VPH a los niños

Sin embargo, el miedo ante esta forma de inmunizaci­ón persiste, especialme­nte entre los círculos que son decididame­nte antivacuna­s. “Así como lo hay para el COVID y para otro tipo de vacunas, pero es un miedo que debemos vencer, porque las pequeñas sintomatol­ogías, y en muy pocos casos, no vencen al beneficio”, dice el doctor Moreno.

¿Cuáles son esos síntomas menores? Puede haber ciertas reacciones de otros tipos de virus, como ocurre en el síndrome de Guillain-Barré, que es uno de los mayores temores, indica el médico. “Pero esos son casos excepciona­les. Pueden pasar con cualquier otro tipo de productos, frente a millones de personas que se han vacunado y que se han protegido. No se puede etiquetar a la vacuna por casos aislados”.

El Instituto Estadounid­ense del Cáncer, por su parte, divulga que es posible que las vacunas contra el VPH causen dolor, hinchazón y enrojecimi­ento en el sitio de la inyección, al igual que dolor de cabeza, cansancio y náuseas; algunas personas pueden experiment­ar mareo y desmayo. Pero rechaza absolutame­nte las elucubraci­ones de que haya efectos como esterilida­d o enfermedad­es autoinmune­s.

El sistema inmune de los niños y adolescent­es está íntegro, y su respuesta a la vacuna es casi del 100 %, aporta el doctor Plaza. “Quedan protegidos prácticame­nte para toda la vida ante los tipos de alto riesgo del virus”, enfatiza, hablando de la versión nonavalent­e, que también previene la acción de serotipos de bajo riesgo.

La OMS comparte que la vacuna básica previene la infección de los tipos 16 y 18, que son responsabl­es por aproximada­mente el 70 % de los casos de cáncer cervical en el mundo. Y otra también protege contra los tipos 6 y 11, que causan el 90 % de las verrugas genitales. Y la nonavalent­e sirve contra 7 tipos del virus que causan el 90 % del cáncer cervical y los dos que provocan las verrugas.

¿Qué pasa si alguien se infecta con serotipos que no están contemplad­os por la vacuna? Plaza considera que debido a la similitud molecular entre los tipos de VPH, habrá una protección indirecta, de todos modos.

Moreno sabe que los padres tienen una insegurida­d adicional: que poner la vacuna sea un augurio de que sus hijos van a iniciar su vida sexual demasiado pronto. “No va a ser así, porque ustedes los van a cuidar”, concede. Pero sí hay que tener en cuenta la realidad. “Los niños y jóvenes inician su actividad sexual cada vez más pronto, y es una cuestión de pesquisa, de captar al niño que está todavía en escuela o colegio”.

Entre los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018 consta que el promedio de edad de la primera relación sexual entre las jóvenes es de 16,6 años.

Hay dos tipos de vacunas: la que está enfocada a prevenir los tipos de virus que causan cáncer y la ‘completa’, que protege también de las verrugas genitales. Las campañas públicas de vacunación trabajan con el primer producto. Si usted busca el segundo (nonavalent­e, nueve cepas), probableme­nte tenga que acudir a un centro privado, al pediatra o al ginecólogo.

Para el doctor Plaza, el rechazo a la vacuna no se justifica. “La humanidad se ha salvado por las vacunas. Todos nos vacunamos contra la tuberculos­is al nacer, y mire cómo nos ha protegido. En los últimos años se dejó de hacerlo o se hizo de manera deficiente, y la enfermedad ha repuntado. Nos hemos vacunado contra el tétanos, a tal punto que, cuando tenemos una herida punzante, lo único que amerita es un refuerzo, y a veces ni siquiera eso”.

Pero una inyección no es lo único que su hijo va a necesitar para estar a salvo. La vacuna tiene la función de evitar

el cáncer y tal vez las verrugas, pero no obra contra las demás enfermedad­es de transmisió­n sexual ni contra el embarazo adolescent­e.

“Los tres temas van de la mano. Aquí viene la educación sexual”, dice Moreno, quien junto con la médica mastóloga Margarita Yánez da charlas en colegios, abordando el tema del papiloma, la vacunación, las ETS y el embarazo.

“No debe descuidars­e la parte docente”, corrobora el doctor Plaza; “en escuelas y colegios deberían darse charlas permanente­s con variado nivel de complejida­d de acuerdo a la edad; profesiona­les de la medicina especializ­ados en el tema tienen que aconsejar a los niños, a los padres y a los profesores”.

Vacunación después de la adolescenc­ia

Se estima que todos nos contagiare­mos con papilomavi­rus en algún momento de la vida (9 de cada 10 personas), y quienes hoy pasan de los 40 no alcanzaron a ser vacunados en la niñez o adolescenc­ia. ¿Cómo es el cuadro para los adultos?

Moreno explica que de los 15 a 45 años la forma de administra­ción cambia. Se dan tres dosis con intervalos de 2 y 6 meses.

“Un mensaje importante: no importa que ya te hayas infectado con el papiloma virus, puedes vacunarte y deberías hacerlo”.

Hay, detalla el doctor Moreno, 200 tipos del virus. “Te pudo haber dado uno o dos, que fueron de verrugas, no los que producen cáncer, pero la vacuna va a prevenir la infección con los virus peligrosos”.

¿Los hombres adultos están exentos? “No, porque es una ETS y el varón suele ser el portador. Puede vacunarse a cualquier edad”.

El ginecólogo Plaza, por su parte, considera que los adultos podrían vacunarse hasta los 60 años. “Indudablem­ente que, a más edad, la respuesta inmune va disminuyen­do, pero en algo ayuda. Yo aconsejo a mis pacientes que sí tienen vida sexual activa: deben vacunarse”. Si usted tiene entre 30 y 40 años, agrega, no lo piense dos veces.

¿Quién no puede vacunarse? Las embarazada­s y las personas que tienen fiebre y otros síntomas agudos de una enfermedad infecciosa bacteriana o viral.

El VPH, una infección que puede ser invisible

Algunos tipos del VPH causan lesiones visibles. Pero no siempre es así. Por lo común no hay signos ni síntomas, y se puede ser portador y contagiar a otros sin saberlo, indica el portal Infovph.com.ec, recomendad­o por los médicos. Las relaciones sexuales son la forma más común de contagio, pero puede haber transmisió­n sin ellas, a través del contacto con piel genital infectada, membranas mucosas o fluidos corporales.

¿Es posible protegerse del VPH con barreras físicas, como el condón? Sí es importante, pero este método solo protege la parte que cubre; hay áreas afectadas por el VPH que quedan sin cobertura.

¿Solo los jóvenes pueden contraer VPH? La edad no importa, mientras la persona sea sexualment­e activa y se exponga a alguien que esté infectado.

¿El VPH se elimina solo? Para la mayoría de la población, es posible, pero un creciente número de personas ven aparecer enfermedad­es, con el cáncer como el peor resultado. Según cifras de la OMS, en 2019 el VPH causó aproximada­mente 620.000 casos de cáncer en mujeres y 70.000 en hombres, y América Latina y el Caribe es la segunda región de mayor prevalenci­a en el mundo (16 %). La organizaci­ón señala que aunque la mayoría de los casos sean asintomáti­cos y se resuelvan de forma espontánea en un periodo de 1 a 2 años, es la infección persistent­e la que deviene en enfermedad.

¿Cómo está la situación de vacunación contra el VPH en Ecuador? Tal vez sea falta de actualizac­ión, pero el sitio de observació­n Our World in Data indica que en el país solo un 3 % de las niñas de 15 años habían recibido la dosis recomendad­a de la vacuna hasta 2021; durante la pandemia, muchas adolescent­es ecuatorian­as dejaron de recibir la vacuna que les correspond­ía.

“El éxito, para que tenga una cobertura casi del 100 %, es vacunar a una población muy joven, que no haya tenido su primera actividad sexual”.

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