Huertos en casa se abren mercado durante pandemia.
Plantas medicinales, frutales, condimentarias, semillas, abono o frutos cultivados en el hogar se comercializan con mayor fuerza tras la pandemia en Ecuador.
La formación de sus hijos en horticultura y el deseo de proveer de alimentos a su familia sin salir de casa fueron los motivos para que la guayaquileña Emilene Aguayo adquiriera un huerto hace dos semanas.
En una cajita de cartón tiene tierra de sembrado, semillas de ají habanero, melón, pimiento morrón y tomate cherry. Se encuentra encima de una silla junto a una ventana.
“Es muy económico y además se ve el valor porque uno compra en la tienda y no sabe el trabajo que hay detrás de esa actividad. Es un entretenimiento sano que enseña a ser responsable y a tener respeto por los alimentos y no desperdiciarlos”, dice y agrega que además se apoya a los emprendedores.
Esta práctica de tener huertos en casa, sea horizontales o verticales, ha generado una serie de negocios que nacen de la necesidad del ciudadano de consumir alimentos sin salir de casa y ahorrar un poco más.
Estos emprendimientos, además, brindan servicio a domicilio e incluso capacitaciones virtuales.
JosySiembro es uno de los negocios que nacieron durante la pandemia justamente con esos objetivos, menciona su propietaria Joselyn Tixe.
“Vi la necesidad en pandemia que los precios se dispararon exageradamente, muchos empezaron a sacar sus ahorros y otros salieron a vender cualquier cosa. Mientras tanto, yo estaba en casa sembrando, rebrotando y consumiendo desde hace mucho tiempo fréjoles, tomates, pepinos, etcétera. La idea es fomentar a todas las familias a cultivar sus propios alimentos en casa bajando el costo de cada uno de ellos y siendo 100 % naturales”, indica.
JosySiembro ofrece dos opciones: comprar la planta lista para cuidar o la semilla.
Así también da asesoría para el tratamiento y el uso de implementos en esta actividad.
Ha logrado vender plantas medicinales, condimentarias, frutales, ornamentales, semillas, tierra y abono, lo que se ha convertido en un fuerte ingreso. Su mayor demanda se ha concentrado en Guayaquil, sin embargo ha tenido pedidos desde las provincias de Carchi, Manabí y Los Ríos.
“Es muy gratificante saber que nos estamos posicionando en el mercado de una manera muy responsable para que en un futuro cada hogar no pase por lo que nos cambió hoy la vida: el COVID-19”, enfatiza.
En tanto, Ecorevuelta lleva tres años en el mercado y su mayor repunte también ha sido en pandemia. Ha logrado mantener el negocio.
“Se ha convertido en mi ingreso constante en estos últimos seis meses, mi profesión es de diseñador gráfico y esa plaza ha sido reemplazada por mis plantas a las cuales les dedico el 100 % de mi tiempo y me encanta esta dinámica”, apunta el propietario de Ecorevuelta, Bruno Carranza.
Ha potenciado su negocio apoyándose de las redes sociales ofreciendo un miniinvernadero biodegradable: consiste en una bandeja de germinación de 40 celdas independientes, semillas, tierra abonada, utensilios de siembra, macetas compostables y manual de uso. Suele entregar plantas como albahaca, tomate, ají, pimiento, melón, pepino y otras. Cree que la tendencia “de la maceta a la mesa” seguirá en firme, lo cual permite que surjan más negocios en la actividad.
En tanto, en Quito, también va creciendo la tendencia de adquirir huertos como lo señala Judith Romero, directora del proyecto Mi Primer Huerto. Lleva seis años vendiendo kits de siembra y capacitando incluso vía digital.
La empresa tiene ingresos mensuales cercanos a los $ 1.500 y ha logrado una estabilidad en el mercado.
“Hemos acudido a contratar el servicio de personal externo para apoyo en la producción de kits y distribución, pero continuamente recibimos el servicio de profesionales en diseño, fotografía”, explica.
El kit que oferta Mi Primer Huerto contiene semillas de hortalizas y verduras como tomate cherry, rábano y acelga, especies vegetales que tienen ciclo corto y se adaptan a diferentes regiones. (I)