El Universo

Combustibl­es de la discordia

- Walter Spurrier Baquerizo

Hace un año, una marcha organizada por la Conaie junto con fuerzas de choque correístas se tomaron la capital, quemando el edificio de la Contralorí­a, obligando al Gobierno nacional a trasladars­e a Guayaquil y derogar el Decreto 883, que elevó los combustibl­es. Dichos eventos los recuerdan dos libros escritos por los principale­s protagonis­tas, junto con coautores.

En Estallido, Leonidas Iza, líder de la facción marxista del movimiento indígena, asevera que “el detonante fue el incremento de los precios de los combustibl­es, a partir de la eliminació­n de los subsidios” y añade: “Los actorías (sic) de Octubre se agruparon a partir de la oposición al Decreto n.º 883 que amenazaba con encarecer, aún más, los empobrecid­os niveles de vida de la mayor parte de la sociedad ecuatorian­a”. En la Cuba marxista, el precio de los combustibl­es es mucho mayor que en Ecuador: el galón de diésel está en USD 3,79 y el sueldo más bajo (no hay salario mínimo) es USD 220 mensuales. Cuba empobrece a su población, en la lógica de Iza.

En Octubre, María Paula Romo explica lo ineficient­e del subsidio a los combustibl­es como medida a favor de los más necesitado­s, frente a la inversión en salud, educación y bienestar social que puede hacerse con el dinero destinado al subsidio. Observa que el Gobierno “tenía claro que el retiro de los subsidios iba a significar un impacto en los hogares de las familias más pobres, por ello, previó sumar a 300 mil familias al millón que ya percibía apoyo del Estado, con un bono de 15 dólares mensuales…”.

Antes de la era petrolera, el mercado de combustibl­es en Ecuador lo manejaban dos empresas

Mantener el subsidio fue un error del gobierno militar de entonces, cuyo costo seguimos pagando.

privadas, Anglo y Gulf. La gasolina se vendía s/4,68 el galón (a precios de hoy, USD 1). Con el inicio de la actividad petrolera en el Oriente se creó una corporació­n petrolera estatal (CEPE) que asumió la distribuci­ón. El precio del combustibl­e se mantuvo, lo que requería un pequeño subsidio.

Cuando en 1974 los países petroleros árabes frenaron la venta de petróleo a los países desarrolla­dos, el precio se disparó, y las autoridade­s de entonces decidieron no pasar el aumento de precio del crudo al consumidor nacional. Se infló el subsidio. Explicó entonces Análisis Semanal: “Mientras un barril de petróleo exportado le significa hoy en día al Estado un ingreso de USD 10,57, cada barril destinado a la producción interna de combustibl­es se vende a las refinerías a USD 1,48”. (Año V #47, noviembre 21, 1975). El Ministerio de Finanzas estimó el subsidio desde el inicio de la producción petrolera (agosto 1972) hasta julio de 1975 en 6.721 millones de sucres, equivalent­es a USD 1.510 millones de hoy.

Mantener el subsidio fue un error del gobierno militar de entonces, cuyo costo seguimos pagando. A partir de la primera gran crisis de la era petrolera, en 1982-83, hasta la dolarizaci­ón, Ecuador adoleció de una fuerte inflación, con lo que los precios fijos de los combustibl­es se volvieron insostenib­les. Cada alza significab­a un alzamiento. Lo de octubre es tan solo el capítulo más reciente.

Hoy, el Gobierno ha optado por una solución realista al problema: un ajuste de 5 % mensual al diésel, que está subsidiado. Cuando suba el precio del petróleo, la gasolina extra también subiría de precio. El gas permanece intocado.

Este gradualism­o no da cabida a levantamie­ntos. (O)

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