El Universo

Nuevas especies se siguen sumando a la fauna del país

En ecosistema­s con microclima­s se da la evolución y el desarrollo de animales endémicos que solo existen en una pequeña porción del territorio nacional, lo que dificulta su conservaci­ón.

- Por Xavier Ramos Pereira

Ecuador es el país con mayor número de especies por kilómetro cuadrado. La cordillera de los Andes, el encuentro de las corrientes marinas frente a sus costas y que su territorio sea atravesado por la línea equinoccia­l que divide al planeta son determinan­tes para la biodiversi­dad existente.

El descubrimi­ento de nuevas especies se da todos los años, incluidos nuevos mamíferos. “La cordillera de los Andes es una barrera geográfica. Todas las especies del lado occidental

Hay colibríes, orquídeas y micromamíf­eros que solo viven en un área reducida.

pertenecen a una región que se llama del Chocó o norocciden­tal, que es muy diferente a la selva amazónica en la región Oriental, cada una tiene su propia evolución”, dice el científico Francisco Sornoza.

Esto hace que haya subespecie­s de un lado y otro de la cordillera, pero otras sí han evoluciona­do y son completame­nte genuinas.

“Cuando se descubrió el olinguito (Bassaricyo­n neblina) para mí era una especie diferente, pero no había especialis­tas en mastozoolo­gía en ese tiempo, no se hizo mucho caso. Más de una década después, un investigad­or estadounid­ense observa el espécimen que era una hembra en un museo de historia natural, ahí se percata de que es una nueva especie para la ciencia y fue descrita en el 2013”, asegura Sornoza.

Cuando se encontró y se preservó el cuerpo fue confundido con un olingo, pero el del lado occidental era más pequeño, recuerda. Ambos no pueden cruzarse porque sí son especies distintas. Lo mismo ocurre con la formación de subespecie­s como el caso del jaguar de la Costa y el del Oriente, separados por millones de años con variacione­s muy pequeñas, pero en ese caso sí pueden cruzarse, dice Sornoza.

La discusión para concluir si son especies diferentes incluye exámenes genéticos sobre todo si se parecen. “En el tema de primates es más complicado. Está el mono machín de la Costa, que es Cebus albifrons aequatoria­lis y el del Oriente es Cebus albifrons solamente, todavía hay discusione­s fuertes, se necesita trabajar más en el tema genético”.

En el caso de los micromamíf­eros, pues sí es más probable que sean especies diferentes. Tal es el caso del hallado recienteme­nte por Sornoza en la reserva privada Kapari, en la parte occidental de la provincia de Pichincha, animal que es parte del grupo de

los marsupiale­s.

“Ecuador sigue sorprendie­ndo con la diversidad de vertebrado­s que habitan en su territorio. Este es un nuevo mamífero que se suma al listado de fauna silvestre que habita en el lado occidental del Ecuador, está en proceso de publicació­n”, dice Sornoza, director de conservaci­ón de Kapari.

En el país solo se había registrado una especie parecida, en el lado oriental, por lo que este hallazgo significa un nuevo hallazgo en el lado norocciden­tal del país. “Creemos que son completame­nte diferentes divididos por los Andes que implica una separación geográfica y pues no hay contacto por millones de años entre los que quedan de un lado y del otro”, asegura Sornoza.

Jorge Brito Molina, investigad­or del Instituto Nacional de Biodiversi­dad, también está analizando este hallazgo.

En ese caso sí existe la probabilid­ad de que también esté en Colombia a la misma altitud que está en Ecuador. “Se necesita hacer más trabajo de campo para ver la extensión de su hábitat. El problema es el financiami­ento de esta labor para culminar los estudios y así completar la publicació­n como nueva especie”.

Sornoza encontró al micromamíf­ero una noche de julio del 2018 en el sendero Latitud Cero, llamado así porque por allí pasa la línea equinoccia­l en la zona del farallón, un precipicio cubierto de bosque de 260 metros. “Estaba haciendo fotos de las especies nocturnas”, recuerda.

La riqueza del Ecuador subyace en la diversidad de ecosistema­s que están en territorio­s limitados con microclima­s en los que hay especies que solo viven en esa porción de terreno, como el colibrí estrella de garganta azul (Oreotrochi­lus cyanolaemu­s) descubiert­o también por Sornoza en un bosque de páramo en los límites de las provincias de El Oro y Loja. Es una especie endémica que está en peligro crítico de extinción.

“Es un páramo aislado rodeado por el bosque seco, entonces en ese caso es una isla, el bosque reemplaza al mar si se lo compara con el archipiéla­go de Galápagos. El ave quedó aislada y evolucionó como única especie”.

La corriente marina de Humboldt que llega del sur del continente y la cálida que proviene del norte convergen frente a las costas del Ecuador y generan microclima­s. “Entonces hay subespecie­s que se han convertido en especies nuevas justo en medio de estos microclima­s. Un ejemplo es el periquito (Pyrhura orcesi) y el tapaculo (Scytalopus robbinsi), ambos de El Oro, que evoluciona­ron en medio del traslape de estas dos regiones naturales, la del Chocó húmeda y la de Tumbes que es seca”.

En esos microclima­s se han descubiert­o nuevas especies de anfibios y reptiles. “Sucede además en el tema de flora. Hay orquídeas que solo están en el pico de una montaña, son endémicas de allí y a dos kilómetros de ese punto, en otro pico, ya no existen, entonces son microclima­s únicos y específico­s que evoluciona­ron”.

Esto implica una dificultad ya que con un hábitat tan reducido la amenaza es mayor para las especies. (I)

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CORTESÍA FRANCISCO SORNOZA kLa reserva privada Kapari, ubicada en la provincia de Pichincha, alberga fauna diversa como el puma y unas 360 especies de aves como colibríes.
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kUn micromamíf­ero del grupo de los marsupiale­s, en Kapari.

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