CONTRIBUIR CON LAS FUNDACIONES
Las organizaciones sociales sin fines de lucro que trabajan en Ecuador para ayudar a personas en situación de vulnerabilidad suman 26.369; de estas, unas 4.000 pertenecen a Guayaquil, y muchas corren el riesgo de limitar sus servicios o cerrar sus puertas por falta de recursos.
Las afectaciones a la economía por la pandemia del COVID-19 les ha dificultado a las organizaciones no gubernamentales (oenegés) el acceso a fuentes de financiamiento, ya sean nacionales, internacionales, locales, públicas o privadas.
Algunas donaciones han disminuido o han quedado suspendidas, pues las ayudas suelen ser los primeros recortes que se hacen durante las crisis. Cuando debiera ser prioritario salvaguardarlas, por la importancia social de las fundaciones, que radica en brindar una asistencia cercana a grupos vulnerables específicos, complementando los esfuerzos gubernamentales, cuya cobertura no siempre es expedita ni enfocada en aspectos específicos.
La ayuda social que realizan las oenegés es posible por el trabajo de voluntarios, pero también por profesionales contratados, y para ello se requiere que los aportes no dejen de llegar. Una manera de apoyar su gestión humanitaria es facilitando los procesos y trámites para que puedan fluir asignaciones establecidas.
Los grupos objetivos que quedarían sin atención en caso de que algunas fundaciones no puedan seguir operando por falta de recursos difícilmente encontrarán una opción a la cual puedan recurrir.
El compromiso de quienes se dedican a mejorar las condiciones sociales de personas vulnerables debe inspirar a una acción solidaria para que no se pierdan los programas que tanto esfuerzo y tiempo ha tomado consolidar.
Fundaciones como Vihda, Padre Amador, Hogar de Cristo, María Gracia y el centro de acogida Mi Pana, entre muchas otras, enfrentan problemas económicos y requieren ayuda con urgencia. Las contribuciones que la ciudadanía les haga llegar con seguridad les darán aliento para subsistir y continuar. (O)