Cada uno decide
Damos el voto por nuestro sentir, por instinto, necesidad de sentirnos realizados. El problema radica en que debemos ser objetivos al dar nuestro voto. Lo verdaderamente importante es que ese candidato seleccionado nos lleve por el sendero del crecimiento económico que tanto anhelamos. Entonces, para decidir el voto, no lo daría a quien tenga: problemas de promiscuidad, antecedentes de maltrato familiar, oscura participación en grupos armados, actos de violencia juvenil, denuncias por estafa, robos, etc., hogar disfuncional, agresividad, violencia, antecedentes delictivos, vida lujosa, ostentosa, habiendo sido político y no pueda justificar el origen de su fortuna, no declara impuesto a la renta, carácter juvenil impulsivo, agresivo y audaz. En cambio, la edad adulta mayor habla de ecuanimidad, pusilanimidad, serenidad. Cada uno decide, y de la decisión que haga la mayoría se decide el destino del país. No te equivoques, que de tu decisión depende mi futuro también. (O) David Ernesto Ricaurte Vélez, ingeniero mecánico, Daule