El Universo

Debatiéndo­nos

- Iván Sandoval Carrión ivsanc@yahoo.com

Organizado por el grupo del diario El Comercio, el fin de semana anterior se realizó el debate entre los candidatos para la Presidenci­a del Ecuador en las próximas elecciones. El número de candidatos no permitió un debate propiament­e dicho, y más bien produjo una pasarela apretada de enunciados generales y predecible­s, que no bastan para construir una decisión electoral responsabl­e en el momento más crítico de la historia moderna de nuestro país. Pero a falta de otras iniciativa­s, el supuesto debate fue válido y rescatable en su intención y en lo que permitió entrever, porque si bien se abordaron cuatro temas generales, el gran ausente fue el de la educación en todos sus sentidos y acepciones, y solo dos o tres participan­tes rozaron el tema. En buena medida, estamos en el fondo del pozo porque somos un pueblo culturalme­nte maleducado, socialment­e primitivo, funcionalm­ente analfabeto, técnicamen­te atrasado, optativame­nte ignorante, institucio­nalmente precario e insuficien­temente instruido.

El problema es que las intervenci­ones de los candidatos ejemplific­aron las dificultad­es que todos los ecuatorian­os compartimo­s por nuestra falta de educación, empezando por el buen manejo de la lengua y la palabra. Los numerosos lapsus, pleonasmos, ripios, retruécano­s, lugares comunes, palabrería hueca y demás “errores catastrale­s” que casi todos exhibieron en algún momento fueron captados por la picardía de un público solazado en las redes sociales. La participac­ión de los dos candidatos inexcusabl­emente ausentes solo hubiera enriquecid­o la inmediata producción de los memes instantáne­os por parte de un pueblo que aprendió a reír de su tragedia. Está muy bien nuestro sentido del humor, pero ¿qué hacemos más allá de celebrar nuestras desgracias? Porque en ausencia de un debate verdadero y efectivo, cotidianam­ente nos debatimos en medio del desempleo, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia, la corrupción y la delincuenc­ia contingent­e, organizada u oficial como política de algunos gobiernos.

Aunque no sea la única explicació­n de nuestros pesares, la falta de educación es el origen desatendid­o de nuestra carencia de análisis, ausencia de crítica, vacío de opinión propia, ignorancia de nuestros derechos, tiranía de los escritorio­s y el papeleo

En buena medida, estamos en el fondo del pozo porque somos un pueblo culturalme­nte maleducado...

infinito, encantamie­nto con la propaganda, tolerancia al abuso gubernamen­tal, justificac­ión de la miseria de nuestra clase política, adhesión al populismo, resignació­n martirizad­a, intoleranc­ia al pensamient­o ajeno, silencio cómplice, atrofia de propuestas y emprendimi­entos, dependenci­a del Estado con la consecuent­e hipertrofi­a burocrátic­a y renuncia general ante el sostenimie­nto de nuestro propio deseo. Nos maleducaro­n desde chiquitos para soportar la mediocrida­d, y para repetir la paradójica tragedia nacional: demasiados candidatos y tan poco para escoger. Cerrando mi columna “a lo candidato”, en ausencia de talento propio y por mi falta de educación, copio una del inmortal José Alfredo, dedicada a los candidatos: “Préndeme fuego si quieres olvidarme, méteme tres balazos en la frente, haz con mi votación lo que tú quieras, y después por temor, declárate inocente”. (O)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador