La reina Isabel II perdió a su esposo, a quien ella llamaba su pilar y apoyo
El duque Felipe de Edimburgo, quien fue clave en la modernización de la monarquía, murió a los 99 años, ayer. Hay luto en Reino Unido
Felipe de Edimburgo fue, además del principal apoyo personal de la reina Isabel II de Reino Unido, una pieza importante para la modernización de la monarquía, que tras salir fuerte de la Segunda Guerra Mundial tuvo que volver a mostrar en las siguientes décadas que no era algo que se podía obviar en dicho país.
Estuvo casado 73 años, pero al inicio del reinado de su esposa –a causa de la repentina muerte del rey Jorge VI en 1952– no le fue sencillo a este príncipe griego-danés, marino de opiniones fuertes y actitudes de los hombres de su época, pasar a ser el segundo y hasta caminar dos pasos atrás de la reina, pero con el tiempo aprendió su único trabajo: ser el apoyo de su esposa.
Nació en la isla griega de Corfú, el 10 de junio de 1921, siendo nieto del rey de Grecia.
Conoció a Isabel en 1939 cuando fue el encargado de acompañar a ella y la princesa Margarita mientras el rey recorría instalaciones de la marina. BBC dice que testigos dijeron que Isabel quedó impresionada con el joven teniente.
Se casaron el 20 de noviembre de 1947. Antes tuvo que renunciar a su título griego, hacerse ciudadano británico y tomar el apellido materno, que había sido cambiado de Battenberg a Mountbatten para que no suene alemán, por lo que representaba en esos años de guerra.
Cuando su esposa tomó la corona –1952– tuvo que dejar definitivamente su carrera naval y quiso trabajar para modernizar la monarquía, pero al principio tuvo una férrea oposición interna de quienes defendían el tradicionalismo.
Por estas tradiciones y las regulaciones de la corona nunca fue llamado rey consorte, suceso que sí tiene lugar cuando una mujer se casa con el heredero al trono.
Los hombres que se casan
Algunos expertos en realeza dicen que ayudó a modernizar la monarquía.
con la monarca del país no pueden llevar el título de rey y son llamados príncipe. Otro ejemplo esto fue el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, en el siglo XIX.
Pese a todo fue uno de los promotores de acercar un poco más la corona a la ciudadanía, transmitiendo por primera vez una coronación en televisión.
En 1956 lanzó un plan para que lo jóvenes realicen actividades al aire libre para promover el trabajo en equipo y respeto por la naturaleza. Impulsó y patrocinó varias organizaciones como los Premios
Duque de Edimburgo, que incentiva el liderazgo y emprendimiento de jóvenes entre los 14 y 25 años, y el Fondo Mundial para la Naturaleza.
Medios británicos le atribuyen discretas maneras de ayudar a actualizar a la monarquía, incluyendo aceptar los cambios en las actitudes sociales a o largo de los años.
Aunque no poseía ningún poder político, estaba en condiciones de actuar como regente y responsabilizarse del reino en caso de que su esposa no pudiera hacerlo y mientras sus hijos aún no asumieran el trono.
También se desempeñó como rector de la Universidad de Cambridge, así como la de Edimburgo.
Nicholas Witchell, corresponsal real de la BBC, dijo que Felipe hizo grandes contribuciones a la reina. “Fue la importancia de la solidez de esa relación, de su matrimonio, lo que fue tan crucial para el éxito de su reinado”, agregó.
Felipe creía que las monarquías debían adaptarse para sobrevivir.
Hizo también algunos cambios internos en cuanto a protocolo y motivó a que su esposa conozca a personas de una variedad más amplia de orígenes en almuerzos informales.
Tuvo cuatro hijos con la reina: Carlos (heredero al trono), Ana, Andrés y Eduardo. (I)