De Ambatillo Alto se sigue migrando
Solo de esta comunidad, en lo que va del año, 250 se han ido hacia EE. UU.
La falta de fuentes de trabajo, de ingresos para continuar en la agricultura y la artesanía o incluso de apoyo de las autoridades son varios de los argumentos de pobladores que salen de la comunidad Ambatillo Alto, en la capital tungurahuense, a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Pese a los peligros que representa migrar de manera ilegal con traficantes de personas, conocidos como coyoteros, en lo que va de este año al menos 250 personas dejaron esta comunidad de la parroquia Ambatillo, se estimó durante una asamblea general de representantes del sector para tratar esta problemática.
Aquello sigue incluso luego de que en días pasados se conoció de dos niñas lojanas de 3 y 5 años que fueron lanzadas del muro en la frontera de México y EE. UU. y abandonadas por los traficantes.
Según Álex Mazabalín, cabildo (presidente) en 2020, y Vicente Chato, comunero del sector, la asamblea analizó la migración de la gente, en la que se estimó que desde enero de 2021 por lo menos 250 personas dejaron Ambatillo Alto para viajar a los EE. UU.
“No es que ha salido solo una persona de cada casa sino son familias enteras que se van, en ocasiones son ambos padres y por lo menos un hijo. Pero también ha habido casos puntuales en que solo se van los hijos para el reencuentro con sus padres”, aseveró Mazabalín.
Agregó que el precio por el viaje varía de acuerdo con el número de personas, ‘el combo familiar’, por ejemplo, puede estar sobre los $ 10.000.
El comunero Vicente Chato comentó que además de la agricultura y la artesanía, la gente de Ambatillo Alto se dedica al comercio informal y a la albañilería. Ante la pandemia de COVID-19, muchos de ellos se quedaron sin trabajo y por eso cada semana salen grupos de personas, sobre todo jóvenes.
Explicó que los coyoteros no serían del lugar, que son contactados por los parientes que ya están fuera del país.
Ante la alerta de la emigración de familias, la gobernadora de Tungurahua, Gabriela Rodríguez, aseguró que se hizo el llamado a los tenientes políticos para conocer de la problemática y se les pidió comunicar los riesgos que corren al salir ilegalmente. “Sabemos es que este grupo de personas (coyoteros) acuden personalmente a las familias, y a veces lo que estas hacen es protegerles, no denunciarles”.
Según parroquianos, salen familias enteras incluso con menores de edad. Víctimas de los coyoteros no presentan denuncias por temor a amenazas.