SOBORNOS LIGADOS A LAS PREVENTAS PETROLERAS
Se suele decir que la corrupción es difícil de probar porque quienes participan no emiten facturas. Sin embargo, no faltan las anotaciones, audios, fotos, videos o documentos que son guardados por quien paga los sobornos. Algunas veces esos registros se filtran o son entregados a las autoridades para negociar condenas menores en caso de ser objeto de investigaciones judiciales.
Otras veces se tritura o se destruye ‘documentación sensible’, como ocurrió en Petroamazonas, mientras se cumplía el proceso de fusión con Petroecuador.
En estos días se conoció la noticia de que un agente del FBI investigó, y denunció ante la justicia estadounidense, una trama de sobornos que involucra a un exejecutivo de la firma Gunvor –Raymond Kohut–, a tres funcionarios de Petroecuador relacionados con la comercialización del petróleo y la administración de los contratos desde 2009 y a dos consultores que crearon empresas en el exterior para gestionar el pago de las coimas.
El agente del FBI expuso que Petroecuador negoció varios contratos con empresas estatales para entregas de crudo que garantizaban préstamos. Esos préstamos fueron contraídos por el Gobierno y denominados “preventas petroleras”.
Según el investigador, Gunvor habría depositado unos $ 70 millones en las cuentas bancarias de los consultores que promovieron el esquema de sobornos.
El caso se sustenta con los testimonios de dos testigos que ya se confesaron culpables, al igual que Kohut, quien ha aportado documentos y grabaciones de conversaciones telefónicas y reuniones con sus cómplices.
Nuevamente, la justicia ecuatoriana mira cómo en Estados Unidos se logran develar las tramas de corrupción a escala internacional, en la que participan funcionarios de nuestro Gobierno o de nuestras empresas estatales, de cuya actuación ha habido alertas por parte de investigaciones de la prensa nacional e internacional y por denuncias de activistas, como es el caso de sobreprecios en contratos públicos y tráfico de influencias. (O)