El Universo

Cerco epidemioló­gico de la variante brasileña P1 sube a 120 personas en Ecuador

El paciente detectado con la enfermedad está delicado y se desconoce dónde pudo contraer virus.

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Aún no se sabe dónde se contagió el paciente de 50 años al que se le detectó la variante brasileña de COVID-19, P1. No ha salido del país, no fue en su lugar de trabajo, de acuerdo con el seguimient­o de la línea de tiempo, por ende, se sospecha que fue contagiado en su ciudad natal, según indicaron médicos locales.

El paciente infectado con la nueva variante P1 del COVID-19 permanece desde el pasado 1 de abril en el hospital del Instituto Ecuatorian­o de Seguridad Social (IESS) en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Su estado es “delicado”, aseguró el ministro Camilo Salinas.

El afectado es un hombre del cantón Yantzaza (Zamora Chinchipe), trabajador de una empresa minera que estuvo bajo vigilancia médica en su trabajo por cinco días, luego llevado a una clínica particular de Loja (que tiene convenio con la empresa empleadora) y luego al IESS.

Alfredo Vera, coordinado­r zonal de Salud, dio declaracio­nes recogidas por medios digitales de esta ciudad, dando a entender que el paciente estuvo en un hotel de la ciudad y que se ha pedido la lista de 70 o 90 personas que asistieron a una fiesta de matrimonio, los cuales iban a ser investigad­os e incluidos en un cerco epidemioló­gico. Estas declaracio­nes fueron multitudin­ariamente difundidas en redes sociales.

“Yo estuve monitoread­o, también tenemos personal que nos monitorea, incluso hablé con mucha gente de medios de Quito, y hasta la fecha creo que no hemos alarmado más de lo necesario, porque recuerden que estamos en una pandemia (…) no me voy a retractar de mis palabras, lo manifestad­o ayer me mantengo (…) yo no dije que él (paciente ahora contagiado) participó en la fiesta, que estuvo en un lugar donde se produjo una fiesta de mayor de 70 personas, pero obviamente tiene contactos indirectos”, insistió Vera.

Voceros de la asociación de hoteleros afirman que efectivame­nte el paciente fue hospedado desde el viernes 19 de marzo, y desde que entró fue aislado por protocolo exigido y contratado por la empresa minera donde trabaja, es decir, el trabajador ingresa y no sale de su habitación por ocho noches ni para comer, de ser descubiert­o por la vigilancia de cámaras de video, reportado a su trabajo y posiblemen­te despedido si sale de su habitación. Al séptimo día de aislamient­o el trabajador es sometido a una prueba PCR para al día siguiente continuar su viaje hacia el lugar de trabajo en la provincia de Zamora Chinchipe en caso de salir con resultado negativo para COVID-19. Es decir, este paciente tuvo una prueba negativa y fue a su lugar de trabajo.

Días siguientes empieza a tener síntomas leves, es aislado y atendido en su trabajo y referido a una clínica, para llegar hospital del IESS.

El hotel informó que hubo una fiesta de matrimonio el 20 de marzo, debidament­e autorizada dentro de la permisibil­idad que ha dado el COE nacional; sin embargo, después de revisar la lista de invitados, descartan la posibilida­d que el paciente de la variante haya estado ahí. (I)

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