Frenar el contrabando de los cigarrillos y licores requiere estrategia de control integral
Un estudio revela que existe un 21,6 % de consumidores que sí ha comprado productos de procedencia dudosa, por lo general a vendedores ambulantes; la Aduana anuncia acciones.
¿Ha comprado cigarrillos ilegales o de procedencia dudosa? Un estudio impulsado por la Corporación Líderes para Gobernar y la Universidad Técnica Particular de Loja planteó esta pregunta a 384 personas de diferentes ciudades del país.
El resultado fue que el 21,6 % respondió que sí y la mayoría de ese grupo precisó que ha realizado la adquisición a vendedores ambulantes (87,5 %). El 3,6 % señaló que compró el producto por venta a domicilio, el 3,6 % por internet y el 5,44 % en distribuidoras.
Cuando se consultó si habían comprado bebidas alcohólicas ilegales o de procedencia dudosa, el 18 % de los hombres encuestados declaró que sí. De esos, el 40,9 % manifestó que fue en ventas a domicilio, y el 33,3 % que lo hizo a través de un vendedor ambulante.
Los datos, que se desprenden del estudio que evaluó los sistemas de trazabilidad que tiene el país para el control de la evasión fiscal, describen parte del patrón de compra de ciertos consumidores y sugieren
Encuesta también arrojó que personas no revisan el etiquetado del producto.
que Ecuador aún tiene desafíos para el control del comercio ilícito en estos casos.
Desde el 2015, la Aduana tiene el Sistema de Gestión y Verificación de Etiquetas Fiscales (Sigvef) y desde el 2017, el Servicio de Rentas Internas (SRI) opera el Sistema de Identificación, Marcación, Autentificación,
Rastreo y Trazabilidad (Simar). El Sigvef permite el control de los licores importados, y el Simar apunta al control de los licores, cigarrillos y cervezas de producción nacional. Ambos intentan evitar la evasión y el contrabando.
El estudio refleja que no todos los consumidores se fijan en la etiqueta fiscal (código) impresa en productos formales y no todos verifican la legalidad de los productos que adquieren a través de las aplicaciones disponibles como “SRI Simar” o “Verifícame”.
En la encuesta, 1 de cada 4 personas indicaron que nunca han notado las etiquetas fiscales cuando compran cajetillas de cigarrillos, y que 6 de cada 10 no revisan las etiquetas al comprar cigarrillos sueltos.
Al momento de adquirir bebidas alcohólicas, 2 de cada 10 no revisan las etiquetas en las botellas. El 55,42 % manifestó que no usa las herramientas para verificar los datos.
Durante un foro realizado el pasado martes, en el que se revisó el estudio, Luis Quintana, uno de los consultores, consideró que si bien los sistemas son activos importantes del Gobierno, estos por sí solos no evitan el comercio ilícito en sus diferentes modalidades. Dijo que debe existir una estrategia de control integral que incluya varios componentes.
Ronny Correa, otro especialista del estudio, aseveró que se debe considerar una mayor incorporación de la ciudadanía, tener marcación y trazabilidad fiscal para los cigarrillos importados, fortalecer la fiscalización y las sanciones, y una mayor integración con los sistemas del SRI y la Aduana.
“En el estudio, dos aspectos que aparecieron es que no está regulada la venta ambulante y el envío de productos en los servicios de entrega a domicilio”, remarcó Correa.
Nixon Almeida, presidente de la Asociación de Industriales Licoreros, indicó durante el panel que se necesita reforzar los controles, pues en el mercado existen timbres falsificados que al escanearlos no leen la información. “Deberíamos buscar de qué forma puede existir este control y que los consumidores hagan uso del mecanismo de verificación”.
La directora de la Aduana, Carola Ríos, admitió un crecimiento del contrabando, pero no especificó cifras. Ofreció que en su administración se trabajará de manera articulada
El 87,5 % de cigarrillos ilícitos se compran a vendedores ambulantes.
con diferentes instituciones para los controles del comercio ilícito. Consideró el Sigvef y Simar son herramientas válidas para la trazabilidad de los productos formales, pero admitió que se necesita un control posterior, cuando el producto está en el mercado, y ello depende de otros entes.