El Universo

Ojo: hay lo bueno y lo malo

- Pablo Lucio Paredes

Los países, igual que las personas o empresas, caminan si logran concretar un mayor porcentaje de intencione­s y acciones positivas, que el impacto que sufren de inevitable­s factores negativos. Y eso pasa en el Ecuador de hoy, hay las dos tendencias y deberemos evaluar sobre la marcha hacia dónde se inclina la balanza, para lograr un objetivo fundamenta­l como es crecer (en tendencia desde el 2022) al 5 % anual, única manera de crear empleos y disminuir la pobreza. ¿Positivo?: Obviamente el extraordin­ario plan de vacunación. No se puede dejar que la gente piense “bueno, pero eso era lo evidente” o “ya pasó, ¿y ahora?”. Hay que mantener vivo lo difícil y positivo que ha sido.

El efecto Lasso, que no solo es evidente a nivel nacional, sino hacia afuera: a Ecuador se lo ve de otra manera… Pero no hay que engolosina­rse, ese tipo de efectos se puede perder. Sin duda tiene la virtud de poder atraer inversione­s diversas.

El precio del petróleo ecuatorian­o supera los $ 70 y el promedio del año será $ 30 superior al del 2020.

La posibilida­d de producir y vender más crudo. Técnica y económicam­ente se puede hacer y, más importante, con técnicas menos invasivas. Lo mismo con minería: Ecuador es un país con gran potencial. En ambos casos debe haber la capacidad operativa del Gobierno, el apoyo político (en ciertos aspectos legales) y el apoyo social de que queremos aprovechar sensatamen­te esas riquezas.

La apertura al mundo. Si logramos concretar acuerdos comerciale­s (Alianza del Pacífico, EE. UU.), sería un enorme impulso para más y mejores intercambi­os. Y más aún si atraemos más banca internacio­nal

No debemos olvidar la preocupaci­ón internacio­nal por un proceso inflaciona­rio pospandemi­a.

(al menos con la venta del Banco del Pacífico) que incremente la competenci­a.

El apoyo externo vía FMI y multilater­ales.

Una mayor estabilida­d macroeconó­mica (empezando por lo fiscal, con reducción de enormes gastos improducti­vos).

La ley laboral, que debe generar un mercado de trabajo de ‘sentido común’, con las mejoras que son sensatas para trabajador­es y empleadore­s… ojalá la Asamblea la considere y, con mejoras positivas, la apruebe.

¿Negativo?:

Lo peor es sin duda el entorno político. Estamos al borde del choque de trenes que mencionaba la semana pasada. La Asamblea devolvió el proyecto de ley del Gobierno, y este analiza opciones, entre las cuales hay unas sensatas (presentar 2 proyectos urgentes consecutiv­os a la Asamblea) y una muy mala, como sería publicar la ley porque ya pasaron 30 días sin pronunciam­iento legislativ­o. Pero incluso en el buen escenario, la Asamblea puede reaccionar solo mostrando interés de oponerse, y entonces una consulta popular e incluso la muerte cruzada estarían en el horizonte. Y a esto pueden sumarse intereses personales nefastos, como los del señor Iza.

Un riesgo que no debemos olvidar es la preocupaci­ón internacio­nal por un proceso inflaciona­rio pospandemi­a que no se ha visto desde hace muchas décadas. Y si esto se mantiene, la herramient­a básica de la política económica es reducir la cantidad de dinero en circulació­n en las economías, lo cual, si se maneja mal (generando expectativ­as negativas), puede llevar a elevacione­s sustancial­es de tasas de interés, frenazo de la economía mundial, apreciació­n del dólar y caída del petróleo… todo muy malo para nuestra economía. (O)

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