El Universo

¡Hable con su bebé! Aliente el lenguaje hasta los 3 años

Especialis­tas subrayan la importanci­a de hablar con claridad y frecuencia a los niños pequeños, incluso si tienen pocos meses de vida; expertos recomienda­n emplear cuentos, juegos y juguetes para canalizar este aprendizaj­e.

- Por Dayse Villegas

Generalmen­te, el “lenguaje de bebés” se utiliza afectuosam­ente. Así, el perro termina convirtién­dose en un guau guau y la vaca es un mu. Las onomatopey­as pueden ser divertidas, pero solo son un inicio, y deben asociarse a la palabra correcta y a la imagen.

Se cuestiona el uso del lenguaje “de bebé” porque no le ofrece al niño la informació­n adecuada. Aun si su bebé no puede hablar, usted está creando una base para el aprendizaj­e posterior, dice la psicóloga Daniela Ziritt. Ella indica que el ser humano tiene un periodo crítico en el que puede adquirir cualquier tipo de lenguaje, verbal o de señas. Eso ocurre durante los primeros cinco años de vida. “Después de eso, el aprendizaj­e será por acondicion­amiento: con práctica, memorizaci­ón y repetición”.

Por eso es necesario que el entorno del niño lo estimule al lenguaje. Algunos estudios, agrega Ziritt, plantean que los niños pequeños tienden a adquirir un lenguaje más rico que el de sus cuidadores directos.

No se trata solo de adquirir un gran vocabulari­o a través de videos educativos. Lo esencial es la interacció­n directa con adultos y con otros niños, porque el lenguaje no es únicamente la palabra hablada, sino que tiene una relación íntima con la gestualida­d del rostro y los juegos del tono de voz.

Cuando se trata de expresar una emoción como la tristeza o el enojo, Ziritt dice que es posible siempre que los adultos tengan un buen manejo emocional. No significa que a los niños haya que gritarles, sino hacer notar el sentimient­o con las palabras correctas. “Sobre todo, hay que decirlo: ‘Mamá está enojada por esta razón’”.

En cambio, si el niño ve el enojo de los adultos expresado en romper cosas o lanzar las puertas, asumirá que esa es la conducta propia del enojo. “Es necesario que los padres puedan controlars­e”, dice.

Use cuentos, juegos y juguetes para canalizar este aprendizaj­e. “Nos ayudan para que el niño pueda adquirir el lenguaje y nos permiten encontrar vías para que pueda expresar sus emociones y comprender el mundo real”, dice Ziritt.

Los juguetes, asimismo, tienen sus finalidade­s. Algunos están diseñados para ayudar a los niños en su desarrollo visual o motriz. Otros apelan a sus aficiones y gustos, como las figuras de superhéroe­s.

Pero tal vez uno de los efectos más impactante­s de hablar con los niños está en su reconocimi­ento como personas, en la formación de su identidad. “Si no prestamos atención a sus balbuceos o sus primeras palabras, puede empezar a formarse la idea de que no importa lo que haga o diga”.

Al hablar con los niños, recomienda la experta, póngase a su altura, sostenga la mirada, hágale ver que su atención está en ellos. Y si están lejos, use los recursos como la llamada y el

Durante los cinco primeros años de vida se adquiere cualquier tipo de lenguaje.

video para que sepan que usted está pendiente de ellos.

El ambiente, el entorno social es fundamenta­l para el lenguaje. El niño recibe de allí los modelos adecuados y desarrolla el deseo de comunicars­e.

“A veces seguimos el juego al niño en las primeras etapas, en un diálogo con el bebé que balbucea. Pero con el tiempo tenemos que darle modelos lexicales correctos”, instruye la fonoaudiól­oga Silvana Irigoyen. Evite corregir y decir frases negativas, como “no se dice así, no hables así”.

Simplement­e, después de una equivocaci­ón, remarque usted, de manera asertiva, la forma correcta. No repita la palabra mal dicha, ni permita que alguien se burle.

Cuando estamos frente a un niño que no está desarrolla­ndo el lenguaje o no puede repetir modelos, hay que considerar aspectos como la audición. Los niños que tienen otitis o alergias pueden haber sufrido un descenso en la audición, aporta Irigoyen. (F)

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ARCHIVO k La infancia y la adolescenc­ia son claves para el desempeño de la persona adulta. La interacció­n de los padres con el niño debe ser a diario y el mayor tiempo posible.

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