El Universo

Esta vez es diferente

- Gabriela Calderón de Burgos

Si bien hay un disparo en los casos de COVID, es importante señalar por qué esta ola será diferente. La mitad de la población mundial está totalmente vacunada y las vacunas funcionan, particular­mente para reducir la hospitaliz­ación y muerte por una infección de COVID-19. 58,8 % de la población mundial está parcialmen­te vacunada. Esto se dio en poco más de un año. Ahora tenemos tratamient­os. En diciembre la Administra­ción de Alimentos y Medicinas de EE. UU. (FDA) aprobó dos antivirale­s –Paxlovid de Pfizer y Molnupirav­ir de Merck y Ridgeback Biotherape­utics–. Estudios indican que la primera tiene una eficacia del 89 % para reducir la hospitaliz­ación y muerte, mientras que la segunda una eficacia del 30 %. Si bien estas pastillas no están disponible­s para el consumo en el mercado local y son de acceso restringid­o incluso en EE. UU., es de esperar que su aprobación en mercados importante­s de países desarrolla­dos estimule una mayor producción de estos y la eventual distribuci­ón en el resto del mundo.

Ómicron no es lo mismo que delta. La tasa de letalidad –la cantidad de muertes en relación con los casos detectados– promedio para los últimos 28 días en Sudáfrica, donde se cree que se originó esta variante, se desplomó en las últimas seis semanas desde 8 % hasta llegar a 0,2 %, ligerament­e superior a aquella de la influenza. Consideran­do todos los casos que pasan desapercib­idos por falta de pruebas en un país como Sudáfrica, es de esperar que la tasa de letalidad real sea todavía inferior. Varios estudios indican que esta variante tiene síntomas mucho más leves. El Imperial College of London y otro estudio de Escocia

... las vacunas funcionan, particular­mente para reducir la hospitaliz­ación y muerte por COVID-19.

concluyen que una infección de esta variante tiene un riesgo 45 a 80 % inferior de hospitaliz­ación. En Sudáfrica durante el periodo de ómicron, 1 % de los infectados requirió hospitaliz­ación versus 4,3 % en el periodo anterior y la duración de la hospitaliz­ación se redujo a la mitad.

Ómicron, siendo más infecciosa, está desplazand­o a otras variantes más virulentas, incluyendo la delta y tiene síntomas más leves. Esta expansión de inmunidad natural por la vía de una gran ola de infeccione­s podría ser particular­mente importante en aquellos países que todavía tienen niveles bajos de vacunación. Conforme ómicron recorre confiriend­o inmunidad, esta limita la circulació­n del virus y la posibilida­d de que surjan nuevas variantes. Las autoridade­s lentamente se están dando cuenta de que hay otras considerac­iones para el bienestar de la sociedad más allá del COVID. El Dr. Fauci de EE. UU. y el mismo presidente Biden están manifestan­do que hay que empezar a aceptar al COVID-19 como parte de la vida. Las restriccio­nes se han relajado a pesar de la ola, explicando el Dr. Fauci que “si usted está sintomátic­o y está infectado, queremos que la gente vuelva a sus trabajos, particular­mente aquellos con trabajos esenciales que mantienen a nuestra sociedad funcionand­o de manera fluida”. Estas serán, sin duda, unas semanas duras de mucha incertidum­bre e inestabili­dad, pero ahora tenemos razones para ser optimistas. La periodista científica Gina Kolata dice que las pandemias tienen dos finales: el médico, cuando se desploman las muertes, y el social, cuando se acaba la epidemia del miedo. Parece que el segundo vendrá después.(O)

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