La democracia en América Latina vive ‘tiempos nublados’ por años
Para Daniel Zovatto, director para América Latina del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), las democracias de la región enfrentan un contexto político y socioeconómico crecientemente complejo y desafiante. Dice que la región perdió las democracias de Haití, Honduras, Venezuela y Nicaragua, que en El Salvador y Guatemala hay deterioros, y que Ecuador y República Dominicana tuvieron avances.
¿Cómo está el panorama de la democracia en América Latina?
La llegada de la pandemia en los primeros meses de 2020 se convirtió en una prueba de resiliencia
La región ha tenido grandes retrocesos durante los últimos 15 años.
para las democracias de la región. Sin embargo, a la fecha, si bien la pandemia tuvo efectos negativos sobre la calidad de la democracia, estas no sufrieron los graves niveles de deterioro. Pero esta afirmación debe ser matizada. Primero, pese a la resiliencia, casi la mitad de las democracias han experimentado un proceso de erosión en sus componentes básicos: Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Uruguay. Y segundo, nuestro Informe (sobre el estado de la democracia en las Américas 2021) es un capítulo del Informe Global de IDEA Internacional, elaborado con datos de fines de diciembre de 2020. Finalizamos la redacción del Informe en agosto de 2021... en varios países se produjeron hechos que ahondaron el deterioro democrático, entre ellos el acelerado proceso de deriva autoritaria que padece El Salvador y la represión del régimen cubano para ahogar las protestas pacíficas de julio. Y, desde que finalizamos la redacción a la fecha (...), la farsa electoral en Nicaragua. Pero también en estos últimos meses hemos visto algunos desarrollos positivos, como el inicio de los trabajos de la Convención Constitucional en Chile, las exitosas elecciones hondureña y chilena...
¿En qué países la democracia está más debilitada?
La democracia en América Latina vive “tiempos nublados” desde hace varios años... En los últimos 15 años la región perdió 4 democracias; 5 si incluimos a El Salvador y 6 si incluimos a Guatemala (que sufre un persistente deterioro democrático). Cuatro de ellas descendieron a la categoría de regímenes híbridos (Haití –atraviesa una gravísima situación cercana a la de un Estado fallido–; Honduras –hay que ver cómo evoluciona a partir del año que viene con la nueva presidencia de Xiomara Castro–; El Salvador y Honduras), mientras las otras dos (Venezuela y Nicaragua) degeneraron en regímenes autoritarios y se unieron a Cuba. Observamos, asimismo, con preocupación, cómo los regímenes autoritarios y los regímenes híbridos se han afianzado...
¿Hay Gobiernos que pese a que son elegidos democráticamente terminan por debilitar la democracia en sus países?
Correcto. Según la Carta Democrática Interamericana, para que un Gobierno sea considerado democrático debe gozar de la legitimidad de origen y de la de ejercicio. El problema que enfrentamos en algunos países es un nuevo tipo de autoritarismo, que si bien llega al poder vía elecciones más o menos libres, luego, socava a la democracia. Es la nueva manera en que mueren las democracias.
¿Cuáles son los países de la región con las democracias más consolidadas?
Según nuestro Informe, en la región latinoamericana existe solo un país con una democracia de alto desempeño: Uruguay. (...) Ecuador y República Dominicana son dos países que sobresalen por haber registrado importantes avances de algunos de sus indicadores entre 2015 y 2020, especialmente en lo que respecta a las libertades civiles y la independencia judicial. Ambos demuestran que la resiliencia democrática no solo es útil para proteger a la democracia, sino que además permite mejorar su desempeño.
Regímenes autoritarios con altos niveles de impunidad se apoyan entre ellos. ¿Los avances alcanzados en democracia podrían verse afectados por la crisis económica provocada por la pandemia?
Las crisis económicas suelen llevarse mal con la democracia. Las proyecciones económicas para 2022 no son optimistas, ya que indican que pese al rebote económico que tuvo lugar en 2021, la región retornará a las bajas tasas de crecimiento económico antes de la llegada de la pandemia, que generaron descontento en la ciudadanía. De cara a este complejo panorama regional, los Gobiernos, las élites y la ciudadanía deben aunar esfuerzos para reducir los altos niveles de polarización (...); si la democracia no logra dar resultados concretos a los problemas reales de la gente, las amenazas de más populismo, sentimiento antiélite y nativismo xenofóbico cobrarán mayor fuerza y podrían poner en jaque a varias de las democracias. (I)