DAVID BOWIE, EL CAMALEÓNICO
David Bowie, el camaleón, el Rey del “glam”, Ziggy Stardust, el Duque Blanco, el músico que transitó por casi todos los estilos gozando del reconocimiento de la audiencia, habría cumplido hoy 75 años si no fuera porque falleció a los 64 años como consecuencia de un cáncer de hígado que mantuvo secreto.
Nacido en Londres el 8 de enero de 1947, fue bautizado como David Robert Jones, pero cuando cumplió 18 años cambió su nombre por el de David Bowie; se sabe que tomó el apellido de un personaje del western El Álamo.
Definir a David Bowie es difícil porque nadie como él cultivó más estilos, musicales o indumentarios, jugó a la ambigüedad con su sexualidad, se apartó de la política y hasta se permitió rechazar en 2003 un título nobiliario ofrecido por la reina británica, algo que Mick Jagger y Elton John aceptaron muy honrados.
Bowie convivió con el punk, la música disco, el techno-pop y el neorromanticismo, sin llegar a encasillarse en ninguno de esos estilos.
Muchos tocaron y cantaron con él: Freddie Mercury o Annie Lenox con Under pressure, Mick Jagger con Dancing in the streets, Lou Reed con Waiting for my man, Tina Turner con Tonight, Cher con Young America, entre otros.
Coqueteó con las drogas, y en aquellos años de juventud de fines de los sesenta se declaró gay y luego bisexual. Después dijo que con sus dichos solo había querido provocar. Bowie también será recordado por su elegancia natural: solo él sabía lucir con tal soltura un traje verde pistacho con una corbata de colores y un enorme pendiente sin que pareciese ridículo. No dudó en maquillarse la cara, cardarse el pelo y teñírselo de cualquier tono, disfrazarse de marciano o arlequín. Participó en varias películas. La pareja que eligió en 1992 y con la que convivió hasta su muerte, la somalí Imane, deslumbraba por su excepcional belleza.
(*I)