HAY UN AUGE DE LOS PAGOS EN LÍNEA, PERO EL MANEJO DE LAS CRIPTOMONEDAS REQUIERE UN MAYOR NIVEL DE CONFIANZA
Las medidas de confinamiento y las restricciones originadas por la pandemia del COVID-19 generaron una mayor penetración del uso de internet para comprar, vender, pagar servicios o hacer transferencias digitales.
El auge del comercio electrónico es una muestra del nivel de confianza que hoy tienen los ecuatorianos en la utilización de medios digitales. “Se espera que en el 2021 se duplique el número de compradores en línea”, afirma Leonardo Ottati, presidente de la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico.
Lo comercializado de forma no presencial a través del comercio electrónico pasó de $ 1.650 millones en el 2019 a $ 2.300 millones en el 2020. La estimación es que en el 2021 se dé un aumento de entre el 20 % y 40 %. “Un crecimiento de doble dígito”, asegura.
La oferta virtual se ha enfocado mucho en el cliente, lo que ha generado confianza. “No solamente a la hora de realizar el pago, sino a quién se realizó el pago, cómo y también tiene que ver con que si el producto que me ofrecen es real y si tiene las características que estoy viendo en la pantalla. Primero quiero que el procesamiento del pago en línea sea seguro y lo otro es que la oferta entendió que la mejor manera de apuntalar la maduración digital era cumpliendo con sus ofrecimientos, como el tiempo de llegada del producto o la calidad”, dice Ottati.
A ello se suma que las casas comerciales multiplicaron las opciones digitales ante el incremento de los compradores en línea. “Sabemos que la banca tiene más de 70 % de sus transacciones realizadas fuera de sus oficinas, de sus sucursales”, sostiene Ottati, lo que incluye lo que se hace en línea desde los dispositivos informáticos y en los cajeros automáticos. “Llamémoslo no humanizados”, agrega.
Antes de la pandemia había categorías en las que las ventas no presenciales (en línea) representaban el 0,5 % del total, pero en la actualidad superan el 10 %. “Hay casos en los que incluso son la venta más importante como moda y belleza, electrodomésticos y productos electrónicos”, asevera Ottati.
Un mayor uso de internet conlleva a la aparición de opciones de inversión presentes en la web como la compra y venta de criptomonedas, las que aparecen en los anuncios publicitarios mientras se navega. “Esto depende del conocimiento que tenga la ciudadanía al respecto, pero no hay manera de parar esto. Hoy en día las monedas digitales no son tan comerciales, no las uso para comprar una camiseta o una refrigeradora (lo que está prohibido por ley), sí se utiliza como una herramienta de especulación a nivel de inversiones porque así como las que tienen explosiones hacia arriba (en su precio), hay otras que pasó igual pero ya no existen”, asegura Ottati.
Hay que tener cierto nivel de tolerancia al riesgo para hacer este tipo de inversiones, agrega.
El Salvador se convirtió en el único país, al momento, que estableció el uso de criptomonedas, el bitcóin, como moneda de curso legal junto al dólar estadounidense. “Esto, en realidad, es un retroceso”, afirma el analista Alberto Acosta Burneo, ya que elimina sus ventajas con la intervención estatal, lo que va en contra de la búsqueda de la libertad monetaria que motiva su utilización.
“Crea un fondo de $ 150 millones con el que podrá manipular el valor de conversión del bitcóin en El Salvador”, dice. (I)
Hay un desarrollo de la categoría virtual de alimentos y medicinas.