Alfaro y Valencia
En el comienzo de las eliminatorias, y durante el transcurso de estas, dos personajes muy criticados fueron el técnico Gustavo Alfaro y el delantero Enner Valencia.
Alfaro jamás dudó de Enner. Casi que parecía decir denme a Enner y a diez más. Los logros no solo de clasificar, sino también lo que hasta hoy ha sucedido en el Mundial, hacen ver que las críticas fueron totalmente injustificadas.
Pero esto que sucede en el fútbol es parte de la cultura nacional: la extraordinaria facilidad que tenemos los ecuatorianos para criticar, no para aportar y construir. Y más triste aún, la práctica que tenemos de criticar cosas que no conocemos, que no entendemos, sobre las cuales no tenemos suficiente información o que no hemos estudiado para poder emitir responsablemente una opinión.
Recuerdo la Copa América 1993 en Quito. Desde mis funciones, y como aficionado que soy al fútbol y en general a los deportes di un apoyo personal a la Selección del Ecuador. El profesor Dusan Draskovic, a quien tanto debemos el cambio de mentalidad y el concepto de que es fundamental la fortaleza física de nuestros jugadores, me permitió en algunas ocasiones estar en el camerino y pude oír las instrucciones que le daba a los jugadores. Si él decía al jugador A, trata de anticipar la jugada y salir por la paralela, luego yo escuchaba a comentaristas decir: “¿Cómo es posible que Draskovic haya pedido al jugador A que aguante y no anticipe y que salga en diagonal?”. Este hipotético ejemplo es para indicar qué se decía en los comentarios y se atribuía al técnico estrategias y cosas que no había dicho, y que obviamente jamás un técnico puede salir a contestar.
Pero la anécdota sirve para todo: ¿cómo es posible que el ministro no aporte para tal cosa? ¿Qué error el del presidente
... es parte de la cultura nacional: la extraordinaria facilidad que tenemos para criticar, no para aportar y construir.
de decir tal otra? Es una falla increíble que no haya el gobierno hecho esto o lo de acá. Y no me estoy refiriendo ni al gobierno actual, ni a un ministro actual. Me estoy refiriendo a lo que es el comentario típico, la actitud permanente de nuestra cultura y forma de hacer las cosas. ¿Cuánta gente ha tenido experiencia de gobierno? ¿Cuánta gente para opinar y decir cosas ha estudiado las cifras?
Hay quienes sostienen que el Fondo de Invalidez vejez y muerte (IVM) no está quebrado, y que solo se necesita que el Estado pague la deuda al IESS. ¿Han verificado que la deuda es real? ¿Hay verificado las proyecciones?
Un estudio hecho por los mejores expertos del Banco Mundial en temas de seguridad social, arrojó la inequívoca conclusión que el IVM está actuarialmente quebrado. Más allá de eso, aún si el estado aportara el 40 % de las pensiones, cosa inviable fiscalmente, el IVM seguiría estando quebrado. Miembros del consejo directivo y dirigentes del FUT han dicho lo contrario; anestesiando así el sentido de urgencia de la reforma.
Como ministro de finanzas fui a un juicio político en 1986, y explicaba el drama de la crisis fiscal. Un legislador sacó físicamente un ejemplar de diario EL UNIVERSO y lo blandía como una arma. El titular decía: “El ministro afirma que el déficit del presupuesto es de x miles de millones de sucres”. El legislador luego gritó: “cómo puede usted decir que no hay recursos, use esos miles de millones que tiene en la cuenta del déficit”. Y cobraba sueldo para hablar tal insensatez.
Que todo esto, empezando por lo hecho por la selección frente a las críticas, nos enseñe a hablar con conocimiento, sin odios, sin pasiones y buscar el real bien de este país. (O)