GLAS YA ESTÁ LIBRE PERO NO LO FESTEJARON
Hay grandes diferencias entre el Jorge Glas que salió del centro de rehabilitación de Cotopaxi en abril de este año (luego tuvo que regresar a prisión) con el que salió en libertad el pasado lunes.
Hace siete meses el exvicepresidente dejó la cárcel vestido de terno y sonriente. Se embarcó en un auto que participó de una caravana con sus seguidores y en algunos cantones por donde pasaba se bajaba para estrechar las manos de ciudadanos. Participó en mítines en Durán y Guayaquil rodeado de varias figuras del correísmo.
Sin embargo, el Glas que salió la noche del lunes de la Cárcel 4 de Quito vestía un abrigo negro sencillo, tenía un cuello ortopédico y se lo veía cansado. El número dos del correísmo saludó a un puñado de simpatizantes, entre ellos, a
Reportes médicos refieren que tiene alucinaciones y ha querido suicidarse.
la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, y se subió en un carro todoterreno con placas del Guayas y partió, según su abogado Édison Loaiza, a Guayaquil. No hubo discursos ni caravanas de la victoria.
La celebración solo se realizó con mensajes de apoyo a través de las redes sociales.
Según reportes médicos que han presentado sus abogados, Glas “ve sangre en las paredes, escucha voces, alucina y hay riesgo alto de suicidio si sigue en la cárcel”.
“El paciente (Glas) ha tenido cuadros que alucina, muchas veces ha referido que ve sangre en las paredes cuando no la hay, insectos, y que escucha voces que le hablan (...). Esto es un efecto traumático después de los eventos sangrientos (matanzas) provocados en el centro penitenciario”, se afirmó en un reporte médico presentado en abril pasado.
En la cúpula correísta hay hermetismo sobre dónde residirá el exvicepresidente. Afirman no querer revelar el lugar por temas de seguridad.
Glas deberá presentarse cada ocho días en la Penitenciaría del Litoral, ubicada en la vía a Daule, y tiene prohibición de salida del país. (I)