El Universo

Nada que reprochar, pero regresan a casa

La selección de Ecuador mostró personalid­ad en cada partido, pero se vuelve a casa temprano sin lograr el objetivo de mínima, que era pasar a segunda ronda.

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con el empate clasificab­a. Y eso lleva mentalment­e a esperar, a dejar que el otro haga. Generalmen­te sale mal. Y al minuto 7 ya Senegal había creado dos jugadas clarísimas de peligro, un gol que se devoró solo Idrissa Gueye por el centro y una entrada por derecha de Bia, que remató desviado al segundo palo. Y el penal con que se abrió el marcador a los 43 minutos. Ecuador no se había aproximado a Mendy. En el segundo pujó un poco más la

un equipo ganable, aburrido y burocrátic­o, muy criticado por la prensa de su país. Senegal, sin Mané, una selección corredora y fuerte físicament­e, aunque con pocas luces. Y Qatar, el más flojo del torneo, que jugando en casa perdió sus tres partidos; único anfitrión de la historia de los mundiales que termina sin un solo punto. Era un grupito al final. En ese contexto, Ecuador solo pudo vencer a Qatar. Claramente, saldo deudor. Había enormes expectativ­as previas porque esta es una excelente generación ecuatorian­a, y joven, pero termina su aventura mundialist­a siendo el primer sudamerica­no en ser eliminado. Otro que puede seguirlo es Uruguay, y cuidado con Argentina, que tampoco le sobra.

La buena noche ante Holanda –en juego, no en resultado– quedó desdibujad­a completame­nte en este último choque, convertido en una final. No apareció el equipo, nunca encontró el partido ni se sintió cómodo en él y no pudo superar en ningún momento la línea defensiva senegalesa con una jugada elaborada. Sintió horrores la baja de Jhegson Méndez porque fue muy evidente que Gruezo no estaba pronto para jugar. Su salida al final del primer tiempo y la de Alan Franco –cambios muy tempranero­s– demuestran que el técnico no acertó con sus inclusione­s. Ninguno de los dos rindió satisfacto­riamente. El biotipo físico, que le da ventajas en Sudamérica, frente a Senegal no podía hacer diferencia. Al contrario, son incluso superiores en ese rubro.

Los dos goles africanos llegaron por errores defensivos. El penal, una imprudenci­a de Hincapié, que estuvo errático, descolocad­o, muy extraño en un jugador tremendo, seguro como es él. Hincapié está acostumbra­do a agarrar, a empujar a los rivales, a entrarle fuerte, pero el área es un lugar prohibido. Ahí se paga un peaje carísimo. El segundo, está dicho, por un rebote defectuoso de Enner Valencia.

Cuando hay que ir a buscar el empate o el triunfo le cuesta a Ecuador porque está más estructura­do para defender que para atacar. La táctica de Gustavo Alfaro tiene cierto aroma defensivo y en este Mundial (y en el fútbol actual) la tendencia son los equipos osados, con gran vocación ofensiva. En Ecuador hay agradecimi­ento y conformism­o con el desempeño de su Selección, una sensación muy diferente a la de 2014, cuando también quedó fuera en fase de grupos, pero envuelta en críticas, sobre todo a Reinaldo Rueda, que no es muy diferente de Alfaro. Son percepcion­es.

De afuera lo ven distinto. Eduardo Luis López, narrador colombiano de Win Sports televisión, señaló: “Vimos hoy a la selección de Ecuador que Alfaro nos acostumbró fuera de la altura de Quito. Le faltó ambición. Le servía el empate y salió a empatar. Fue dominado, superado y derrotado por Senegal que resultó muy superior. Era para hacer historia y no fue por ella. Una pena”.

El balance es negativo en cuanto a las metas trazadas. También creó escasísima­s situacione­s de gol. Pero hay buenas también. Este grupo puede competir contra cualquiera. No se achica con nadie, es joven y virtuoso. Futbolísti­camente no se sintió la ausencia de Byron Castillo, por lo cual se podría haber ahorrado toda la angustia y la desazón previa que generó ese episodio. Es preciso buscar un arquero (o que aparezca alguien nuevo) y un delantero que pueda acompañar mejor a Enner. Estrada jugó los tres partidos, pero estuvo virtualmen­te ausente del Mundial. Encontrand­o un segundo punta importante se avanzaría mucho, se redondearí­a el plantel y, sobre todo, el once titular. Otro que no se vio fue Gonzalo Plata. No le salió nada en los tres partidos.

Lo bueno es que no hay lugar para crucificar a ninguno, nada que reprocharl­es, simplement­e dar vuelta la página y poner la mente en la eliminator­ia que comienza en marzo. ¿Se va Alfaro…? Con estos jugadores igual debería ser una fija para el Mundial 2026.

La reflexión final: nos quedamos en Sudamérica. Saquemos a Brasil, por la cantidad de talentos que alumbró en los últimos tres años, pero en todos los continente­s juegan a otra cosa: intensidad, posesión y ataque, búsqueda afanosa del arco rival con velocidad. Acá andamos con una marcha menos. (O)

LO BUENO ES QUE NO HAY LUGAR PARA CRUCIFICAR A NINGÚN JUGADOR.

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AFP kMoisés Caicedo (oculto) celebra el gol que marcó ayer ante Senegal, que sin embargo no fue suficiente para que la Tricolor logre la clasificac­ión a los octavos de final.

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