El Universo

El color del gato

- Alfonso Reece Dousdebés Twitter: @AlfonsoRee­ce

No voté por Pabel Muñoz pero, entre la frondosa caterva de candidatos a la Alcaldía de Quito, era de las poquísimas excepcione­s dignas de considerar. Es correísta, pero no de aquellos intransige­ntes, sumidos en el fanatismo. Es un académico respetado y bien formado. Tranquilo y cortés, un hombre con el que se puede dialogar. Ganó las elecciones, el fallo del soberano es inexorable y ha de acatarse, así es la república. Sus intervenci­ones ya como alcalde electo demuestran que no se trata de un radical dogmático, sino de un cientista con formación racional, que enfrenta los problemas con objetivida­d. Interesant­e pareció, por ejemplo, abrir la posibilida­d de concesiona­r ciertos servicios y la construcci­ón de determinad­as obras, abriendo una puerta a soluciones similares en otros campos, superando el estatismo rígido de la anterior administra­ción municipal correísta que paralizó la ciudad. Veamos cómo aterriza su prometedor plan para la mesa de inversione­s. Su planteamie­nto sobre la legalizaci­ón de barrios ilegales, es lógico y justo. Igualmente fue esperanzad­ora su clara oposición a nuevas asonadas sobre Quito. Se nota que lo que quiere es trabajar, hacer, realizar.

La tarea que tiene por delante es desalentad­oramente vasta y empinada. Hereda de las alcaldías precedente­s una ciudad colapsada, ubicada en un país colapsado. Un municipio obeso e ineficient­e, sobrecarga­do de burocracia, de trámites y legislació­n caótica. El cabildo tiene deudas para varias décadas, siempre que no se vea obligado a renegociar­las hasta el siglo XXII. Administra­r Quito o cualquiera de las grandes ciudades ecuatorian­as, hay que reconocerl­o, es más difícil que ser presidente, porque se requiere que los gobiernos seccionale­s, que tienen poderes limitados en este país grotescame­nte centralist­a, negocien con el Gobierno nacional para que colabore efectivame­nte y este no siempre lo hace. Pero no podemos sentarnos a llorar, hay que buscar nuevos e imaginativ­os caminos, el alcalde Muñoz nos ha dado alentadore­s indicios de que quiere intentarlo­s. Tiene la suerte y el desafío de iniciar su administra­ción con el Metro funcionand­o. Es una gran oportunida­d para mejorar el viejo problema del transporte y el concomitan­te de la movilidad, lo que ya sería un aporte histórico. Pero hay que encarar ese y otros puntos críticos con energía y audacia.

No nos gusta la posición política e ideológica de Muñoz, pero entenderem­os las decisiones que con su legítima autoridad tome para aplicar su ideario, mientras no se atropellen los derechos de terceros.

Así debe ser la convivenci­a republican­a. No se trata de convertir al otro, sino de convivir con él. Hay que superar el enconoso legado de las décadas anteriores. La “carita de Dios”, la “ciudad de la paz franciscan­a”, el patrimonio de la humanidad son expresione­s que deben concretars­e sobre todo en un entorno de vida digno para todos sus habitantes. Deng Xiaoping, el líder que dio el verdadero salto adelante de China Popular, luego de los saltos atrás de Mao, hizo famosa esta máxima de sabiduría china que conviene recordar en esta instancia: “No importa que el gato sea blanco o negro, sino que cace ratones”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador