Durán: entre las sombras y la esperanza
Han pasado unos días desde que las muertes violentas al estilo sicariato no se han reportado de manera continua en el cantón. Sin embargo, estar alerta ante cualquier suceso desagradable es esencial para los duraneños. Vivir en zozobra se ha convertido en algo “normal” para los ciudadanos que viven en algún sector peligroso.
Quienes han emprendido en Durán están enfrentándose a la resignación debido a las ‘vacunas’. Ellos saben lo mucho que les ha costado sacar adelante a sus familias, cumplir sus sueños y adquirir sus casas propias, por eso no les queda más que callar y cumplir con quienes los amenazan de diferentes maneras.
En su mayoría, aunque no todos, han llegado a aceptar que las autoridades locales no pueden tomar acciones directas o pertinentes para abordar los delitos debido a su competencia.
Esto es especialmente evidente en la lucha por prevenir que más adolescentes y jóvenes se involucren en el consumo de drogas, o en casos más graves, que se unan a bandas delictivas que generan terror en la comunidad, siendo el martirio de cualquier madre o padre de familia.
No obstante, en medio de estas adversidades existe la esperanza en aquellos que no paran de progresar e involucrarse de manera correcta buscando formas de ayudar a Durán. No me refiero a nada político, sino más bien de la manera más sencilla posible, desde la colaboración a consumir en negocios duraneños sin estigmatización alguna, hasta la unión y participación de todas las entidades públicas que quieran devolver la paz a quienes residen en el cantón. (O)
Myrka Paulette Zúñiga Ochoa, Durán