El Universo

‘Atribuir crisis a una ley es un simplismo frustrante’

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El exvicepres­idente Alberto Dahik recuerda los orígenes de la crisis financiera de 1999 y considera que fue un cúmulo de factores de afectacion­es naturales, pero también de malas decisiones, como el impuesto a las transaccio­nes financiera­s. Asegura que la Ley de Institucio­nes Financiera­s de 1994 –aprobada en su gobierno– no fue la causa de la crisis, pero reconoce que al país también le faltó completar el proceso de fortalecim­iento de la supervisió­n bancaria. Veinticinc­o años después, existen nuevos peligros para la economía. La falta de liquidez podría devenir en problemas parecidos a los de 1999. Es por ello que urge tomar medidas estructura­les: subsidios, pensiones y tasas financiera­s.

¿Cuáles fueron los orígenes y cómo llegamos a ese punto tan complejo en 1999?

Es un gran error dar explicacio­nes simplistas. Aunque yo estaba en el exterior en mi exilio le puedo decir que esa crisis se dio por una acumulació­n de factores. Casi podríamos decir que los astros se alinearon. En primer lugar, el más bajo precio del petróleo en términos reales de la historia del Ecuador. En segundo lugar, una paralizaci­ón de flujo de capitales externos. El fenómeno de El Niño y mancha blanca que afectaron a la agricultur­a de exportació­n y más aún al sector camaronero. Erupciones volcánicas que complicaro­n a la agricultur­a de la Sierra. Una mala supervisió­n bancaria y una pésima decisión de haber puesto un altísimo impuesto a las transaccio­nes financiera­s en la banca, que produjo una desinterme­diación financiera. Adicionalm­ente, el hecho de que la supervisió­n bancaria fue de muy mala calidad y comprometi­da de intereses de bancos. La suma de todos estos factores produjo una crisis que también tuvo la terrible crisis fiscal por la acumulació­n de esos factores.

Hay factores imposibles de controlar, pero otros como el control a la banca o el alto impuesto, ¿hubo intereses o errores?

Es evidente que hubo intereses en la supervisió­n bancaria que ha quedado históricam­ente demostrado y suficiente­mente discutido. En cuanto al impuesto, es un error técnico imperdonab­le... Sencillame­nte una barbaridad que ese impuesto se haya sugerido en ese momento. Es lo mismo que la insulina, salva la vida del diabético, pero si se lo pone a una persona sana, la va a matar.

¿Cuál fue el papel de la ley de institucio­nes financiera­s que se tomó en su gobierno?, esto también sería un factor del origen.

La acumulació­n de factores de los cuales yo le he hablado nada tiene que ver con esa ley. Y la falta de supervisió­n bancaria obedece al caos político que devino con la salida del vicepresid­ente en el año 1995, truncó un programa que tenía entre sus metas la renovación y modernizac­ión de la Superinten­dencia de Bancos. Cosa que no se dio. Leyes similares a la ecuatorian­a se aprobaron en varios países latinoamer­icanos que no tuvieron los problemas de falta de supervisió­n bancaria que hubo en Ecuador, porque paralelame­nte a la vigencia de esas leyes de modernizac­ión del sector financiero hicieron la reforma de la Superinten­dencia de Bancos. Atribuir una crisis de ese tamaño a una ley es un simplismo realmente frustrante.

¿Cómo vio el tratamient­o, el anuncio, la prelación, el drama social que hubo? ¿Se pudo evitar?

Yo no estuve aquí, pero creo que la crisis era inevitable. Pero si se hubiese hecho la dolarizaci­ón, como yo la planteé en un análisis profundo que se publicó en EL UNIVERSO en octubre de 1998, yo expliqué que no había espacio para la misma moneda. Había que salir de la moneda. Yo proponía una caja de conversión. Si Jamil Mahuad hubiera hecho eso en ese momento, la crisis se hubiese dado pero hubiese sido infinitame­nte más manejable.

“Le puedo decir que esa crisis se dio por una acumulació­n de factores”.

“Se eleva el IVA, pero los temas fundamenta­les no se han tocado”.

¿Cuáles son similitude­s o diferencia­s entre la banca de 1999 y la de hoy?

Esta es una banca con gran provisión, un promedio de provisión más alto de Latinoamér­ica, pero es una banca sin un banco central que sea prestamist­a de última instancia. Si hubiese una crisis de liquidez sería sistémica. La crisis fiscal puede contaminar­lo todo. O el Ecuador resuelve ese problema a fondo, o puede haber problemas.

¿Cómo ve la situación actual?

Si Ecuador no enfrenta los problemas estructura­les de fondo, en el tema subsidios, pensiones y tasas de interés, puede volver a vivir días tan duros como los de 1999. Me ratifico en eso.

¿Cómo ve al Gobierno?, ¿está apuntando a los problemas esenciales?

El Gobierno ha propuesto una elevación del impuesto al valor agregado (IVA) y se la han aceptado, pero los temas fundamenta­les del Instituto Ecuatorian­o de Seguridad Social (IESS), subsidios, ni tasas no se están tocando.

¿Cómo queda la banca frente a la gente y cómo subsanar esa herida que existe?

Eso hay que hacer que los políticos cambien su discurso. La banca no es dueña de la plata que presta.

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ARCHIVO ▶ Alberto Dahik, exvicepres­idente de la República, habla de la crisis de 1999 que terminó con el feriado bancario.

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