EL ROL CIUDADANO FRENTE AL ‘JUEGO’ DE LA POLÍTICA

Luego del ingreso de Ecuador a la Embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, por orden reconocida del presidente Daniel Noboa, la Revolución Ciudadana (RC5) anunció que dirán once veces no a la consulta popular del domingo 21 de abril. El 16 de este mes, en medio de las disposiciones para buscar una salida a la crisis eléctrica, el mandatario anunció una investigación por sabotaje que, a su juicio, tiene relación con el llamado a las urnas.

Es la historia de la vida política local, convertir a las consultas democráticas en una herramienta de aprobación o rechazo al Gobierno que la lidera, sin que se considere que las preguntas implican un cambio trascendental para el Ecuador y sus habitantes.

Los ciudadanos tienen un rol protagónico histórico cuando dicen sí o no, más allá de respaldar o rechazar a un régimen. Así debería funcionar, pero son los propios actores políticos los que desdibujan el real objetivo de una expresión democrática.

Las estrategias políticas para fortalecimiento o debilitamiento de una figura, en este caso el presidente de la República, Daniel Noboa, son una realidad que lamentablemente terminan haciendo daño a la intencionalidad de reformar leyes o hacer enmiendas constitucionales en favor de la lucha contra la delincuencia, que es el planteamiento general del proceso electoral del domingo.

Con el fin del periodo de campaña, este 18 de abril, no terminarán los debates sobre problemáticas del país y pensar que los políticos no usarán herramientas no controladas por el Consejo Nacional Electoral, como las redes sociales para seguir con la campaña, es utópico.

En este punto del camino resta que los ciudadanos analicen cada uno de los cuestionamientos de la consulta popular y tomen una decisión acorde a lo que creen correcto para el país. Separar el conflicto político del pronunciamiento democrático consciente también es un derecho a defender cuando se acude a cumplir con el sufragio.