Gaby Díaz Después de dos pérdidas, Joaquín es un regalo
La presentadora Gaby Díaz (34) se alista para volver a la TV. La licencia materna por el nacimiento de su hijo Joaquín Andrade Díaz está a punto de finalizar. Su regreso al segmento EnCorto, de Teleamazonas, lo ha previsto para el lunes 18 de este mes. Durante su ausencia perdió peso, se cambió de casa y con su esposo, Carlos Luis Andrade, con quien celebrará 10 años de matrimonio, decidieron que no habrá más bebés. Otra vez al ruedo… Mi licencia terminará el 13, pero tomaré unos días más de vacaciones y volveré el 18. No solo regresaré a Teleamazonas, además al programa Tresenraya de radio Centro. A este pude haber vuelto antes porque la imagen no cuenta tanto en la radio, además solo trabajo una hora, pero me entendieron y me dijeron que me tome el tiempo necesario. Desde mayo estoy fuera, Joaquín nació en junio.
¿ Volver al peso ideal fue una dura batalla?
Terminé mi embarazo con 190 libras. Había retenido mucho líquido, estaba muy hinchada. Me falta perder 15 libras, cuido mi alimentación y practico ejercicios, que es lo único que sirve. Hubo un momento en que me desesperé y quería comer solo lechuga. Carlos Luis me dijo que me calme, porque esas dietas no funcionan. Me veía con mucho sobrepeso, no me quedaba la ropa. No me he atrevido a probarme la que usaba antes porque no deseo deprimirme. No encendía el acondicionador de aire para sudar, por la lactancia no bajé ni una libra. Ahora como cinco veces al día, proteínas, pocos carbohidratos y vegetales. Hay que cerrar la boca. La edad influye porque con Poly ( 9) bajé en un mes. La depresión se me quitó cuando pensé que lo más importante era tener a mi hijo, luego de tanto sufrimiento con las dos pérdidas anteriores.
¿ Considera hacerse una liposucción?
Para nada, porque le tengo pavor a los quirófanos. Suficiente con las 4 cesáreas. Hay tantos casos de chicas que ingresan a una operación y no salen vivas.
¿ Qué mezcla de emociones se dieron cuando vio a su hijo por primera vez?
Muchas, creo que Dios dijo: ‘ esta mujer ya merece su premio’. El día de la cesárea estaba muy nerviosa, a la Virgen de Schoenstatt la tuve a mi lado en todo momento. Temblaba y lo único que me calmó fue la oración, no sé cuántos padrenuestros y avemarías recé. Cuando el niño nació le pedí a Carlos Luis que confirmara que estuviese bien. Ya tuve la experiencia con mi hija Connie, quien vino al mundo con una dolencia y luego murió. Cuando el doctor me trajo a Joaquín me dijo que estaba sano, le insistí que le revise cada órgano. Cuando me volvió a decir que estaba saludable, entonces agradecí a Dios. Sin duda, una mezcla de muchos sentimientos. Después de dos pérdidas, Joaquín es un regalo.
¿ Pero se presentó una complicación?
Ya nos tocaba salir de la clínica cuando nos dijeron que el niño se debía quedar. Casi me vuelvo loca. Tenía ictericia del recién nacido, la que se produce por la incompatibilidad del grupo sanguíneo entre el niño y la madre. Como se puso amarillo, pensé que no le funcionaba el hígado u otro órgano. Ahora es un bebé blanco y rosado. Ya estoy relajada. No esperó mucho y lo bautizó. Lo bauticé a los 40 días. No puse pretextos, organizamos algo bonito, pero pequeño. Con mi hija Poly esperé 3 años. No quería que Joaquín esté expuesto a algo malo.
Lo muestra con frecuencia en las redes sociales.
Era un hijo tan esperado, no me importa lo que digan. Me quedé dos veces con las ganas de mostrar a mis hijas en las redes sociales, que ahora no me interesa nada.