EN LA MÚSICA, A LA MUJER NO SE LA DEBE TRATAR COMO UN OBJETO
ROBERTO ANTONIO
Fue la época en que brillaron figuras como Natusha, Miguel Molly, Fantasmas del Caribe, Diveana, entre otros, pero sin duda el mayor impulsor del tecnomerengue entre finales de los 80 e inicios de los 90 fue el carismático Roberto Antonio, quien le dio voz a clásicos como Marejada, Noches de fantasía, Ella pasó por aquí y Ay ay cariño, que se escucharon en toda América Latina. Hoy el maracucho reaparece en Guayaquil para presentar su nueva propuesta.
“Traigo un disco que se llama Roberto Antonio diferente, en el que rompo con el género que me dio a conocer y lanzo una fusión de lo urbano con el flamenco. El primer single se llama Me enamoré y es muy jocoso, pero con una lírica romántica y llena de salero que le da una sonoridad única”.
El solista afirma no haberse quedado en los 90. Por eso su evolución en esta producción reafirma que un artista con larga trayectoria debe surfear la ola en el presente y adaptarse a los cambios y tendencias de la industria para mantenerse activo y no ser encasillado como alguien del recuerdo. “Quien no lo hace, ignora que en la vida todo cambia”.
Roberto Antonio defiende el reggaeton como un ritmo que es muy ingenioso en creatividad, aunque cuestiona el contenido de algunas de sus letras. “El mensaje del trap maneja el doble sentido y se trastocan valores y principios. Yo he tomado lo mejor de este estilo, pero con un mensaje positivo. Trato de llegar a los más jóvenes hablando de amor, sinceridad y respeto, con salsa, bachata, merengue, pop y el flamenco que te mencioné. A la mujer no se la puede tratar como un objeto que se lo tira y daña porque no vale nada o no tiene derechos. A ella hay que tratarla con cariño, como una rosa”.
Menciona como referente el estilo de Chino y Nacho, cuyas melodías Mi niña bonita, Me voy enamorando y Andasenmicabeza cautivaron a los ‘millennials’ por sus letras envolventes en romance y poesía.