MÁSCARA DEL TERROR
Alexandre Bustillo y Julien Maury son directores franceses. Ellos han concebido otro capítulo de Masacre en Texas, tomando al pasado como base y otorgándole suprema violencia al hoy de Máscara del terror.
Lamentablemente el argumento, el diálogo y las supuestas emociones que debieron sorprender terminan careciendo de sentido. Además, parece que el set quedó en manos enemigas porque la secuencia de los rufianes escondiéndose en el estómago de una vaca muerta provoca risas: ¿ cómo puede hacerlo un individuo que pesa 400 libras? Por otra parte, se ha llegado a saber que la película fue rodada en Bulgaria, aunque la acción se desarrolle en Texas; así, los extras tienen el físico de aquel país y esto evapora al estado norteamericano.
Sin embargo tiene una gran escena: un individuo es acribillado a balazos y cae sobre lo que se convierte en un paisaje bañado por el sol: violencia y quietud.
En cuanto a las actuaciones, Dorf se las toma en serio y Lili Taylor, en el papel de Verna, lo hace muy bien. El resto de los intérpretes, desconocidos por cierto, caen en la más absoluta indolencia y la narrativa queda a veces sin sentido. El guion olvidó exponer, con mayor análisis y amplitud de criterio, los motivos, el crecimiento emocional del personaje principal y por ello hace falta más suspenso y no limitarse a mostrar personajes desagradables, de absoluta crueldad.
NOTA AL MARGEN. La base de esta precuela se forja con Masacre en Texas. Le sigue Masacre en Texas 2 ( 1986), Leatherface ( 1990), La próxima generación ( 1994), Masacre en Texas ( segunda versión, con algunas variantes, 2003) y Los comienzos ( 2013, en sistema 3D). Todas ellas tuvieron como base a dos asesinos en serie, de la vida real: Ed Gein ( años 50) de Wisconsin y que motivó Psicosis ( 1960) y El silencio de los inocentes ( 1991). Gein, tras matar a sus víctimas, usaba sus pieles para hacer máscaras y los huesos se convertían en muebles. El otro era Elmer Wayne Henley, de Houston, Texas.
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