SECRETOS OCULTOS
Sergio G. Sánchez, ganador del premio Goya por su guion original, escrito para El orfanato (2012), hace con esta película su debut como director cinematográfico. Y, si bien Secretos ocultos no es la mejor película de terror que se haya filmado, tampoco debe pasársela por alto. Para atrapar al espectador, Sánchez comienza un drama aparentemente familiar para luego, poco a poco, ir cambiando su temática para llevarla hacia el thriller, el terror. Para ayudarse impone una composición fotográfica llena de oscuridad y a momentos iluminada con la luz que esparce la naturaleza. En su decoración interior, cada detalle, cada objeto, logra tener importancia y en ellas deberá poner usted su mirada. Las escenas al aire libre son postales y los interiores acentúan el contraste, donde las paredes se convierten en algo especial. La música del filme tiene que ser escuchada, al igual que prestar atención a sus efectos visuales. Las actuaciones son buenas, especialmente la de Anya Taylor-joy, pues su mirada y la forma de sus ojos le sirven para acentuar sus emociones.
Pero el guion (suscrito por Sánchez) falla, porque sus explicaciones a la trama dejan cabos sueltos, porque no puede evitar los viejos clichés del género y no ha podido mantener las expectativas generadas por el buen comienzo del largometraje.
Notas al margen. La cinta fue filmada en Asturias (España), no en los Estados Unidos, pues Sánchez ambicionaba fotografiarla en una verdadera casa, no la erigida en un set. Quería tener “una que crujiera”. Con ello le ha dado a Secretos ocultos un aura de nostalgia, como si fuese el cine de otras épocas. En 1969, los cuatro hermanos Marrowbone, Jack (George Mackay), Billy (Charlie Heaton), Jane (Mia Goth), Sam (Matthew Stagg) y su madre huyen de Inglaterra para vivir en Maine, Estados Unidos. En la nueva casa intentarán comenzar una vida nueva, lejos de su padre, sujeto violento y con un pasado criminal. Poco después la madre fallece y pide a Jack, su hijo mayor, que jamás se separen y estos resuelven esconder los hechos y se refugian en una granja abandonada. Sin ellos saberlo, son acechados por algo siniestro, donde las viejas paredes esconden un terrible secreto. Para compartir momentos tienen una amiga: Allie (Anya Yalor-joy).