LAS DOS REINAS
Si usted busca una lección de historia ceñida a la verdad, no la encontrará en este filme, pero sí tendrá una loable visión del siglo XVI, de esas dos reinas en su cotidiana lucha por una monarquía. Josie Rourke, su directora, enfatiza su visión feminista y con ello eleva la concepción de su obra aunque la visualice y exponga como un largometraje destinado al público de este siglo XXI pues el sexo, sus aberraciones, queden expuestas con total libertinaje. Sin embargo, es meritorio que el argumento jamás olvide la situación religiosa de una Inglaterra dividida entre el catolicismo (María Estuardo, 1542-1587) y el protestantismo (Isabel I, 15331603), de las vidas turbulentas de estas monarcas que vivieron entre el poder y el amor.
Con un libreto minucioso y lleno de sutilezas, la película adquiere dimensiones positivas y permite analizar un par de actuaciones dignas de aplausos: Saoirse Roman aporta -como siemprecon un trabajo sensacional. Margot Robbins no desmerece, y juntas presentan un espectáculo (si se puede afirmar) de la política.
Otra de las ventajas del filme es que la directora no enfoca sus cámaras o dirección a una sola reina. Al contrario, las expone de igual a igual, con la misma importancia la una de la otra, y así crea un balance equilibrado, Con esto el público las conocerá a fondo, dejando ver que fueron
mujeres con demasiado poder viviendo un mundo lleno de intrigas, gatuperios machistas que las dibuja como pudieron ser: íconos imperfectos, tal como son los seres humanos.
Llama la atención su extraordinaria vestimenta y las actuaciones de todo el grupo actoral, sobresaliendo Soairse Roman.
El guion es bueno, aunque a veces el exceso de secuencias pueda llegar a confundir, pero debe saberse que su autor es Beau Willimon, creador de la serie Netflix titulada House of Cards y basado en la novela escrita por John Guy con el título de María Estuardo, la reina mártir.