A DE HISTORI UNA CON EMPUJE ITALIANO TOQUE

El destino de Mario De Prati tenía escrito en piedra el nombre de Ecuador. Él lo supo desde la primera vez que viajó desde Italia a este país en la segunda década del siglo pasado. La I Guerra Mundial había terminado y este migrante veinteañero supo reconocer en estas tierras una gran oportunidad de salir adelante.

Vino desde Génova siguiendo los pasos de su tío Carlos Tosi, quien se había establecido en Cuenca y era propietario de un almacén de tejidos que llevaba su nombre.

Llegar no fue fácil. Implicó un

largo recorrido en barco y en otros medios para subir la montaña. Pero el panorama lo sedujo. Y aunque una enfermedad lo obligó a regresar a su natal Génova, no tardó en volver al que sería su hogar por mucho tiempo. Vino casado con Domenica Cavanna, una joven también italiana a la que había conocido en su país.

En 1940, su visión lo llevó a abrir una tienda en Guayaquil. En Aguirre y Pedro Carbo apareció por primera vez el letrero que daba cuenta de su primer negocio propio: Mario De Prati, se leía. Era un pequeño local de telas de pocos metros cuadrados y solo cuatro empleados.

La simpatía de Domenica no tardó en abrirles paso en la sociedad del Puerto Principal. Buena conversadora y con un gran don de gentes, logró el maridaje perfecto entre amistad y confianza, fórmula indiscutible para triunfar en los negocios y en la vida. “Una maravillosa relacionista pública”, recuerda su hijo, José De Prati Cavanna.

El tiempo pasó y el negocio tomó mayores bríos. Eso llevó a estos emprendedores a alquilar un almacén mucho más amplio que se encontraba justo al frente.

Pero en 1951, un incendio se llevó prácticamente toda la manzana que comprenden las calles Aguirre, Luque, Pichincha y Pedro Carbo. Mario De Prati estaba de viaje en Italia, pero eso no aminoró el empuje de su esposa que se había quedado en Ecuador con sus hijos. “A ella le debemos en gran parte la manera en la que nos recibió la sociedad guayaquileña”. Y fue esa aceptación, unida a la seriedad que la familia había demostrado siempre lo que les permitió resurgir nuevamente.

Ampliaron el abanico de ofertas. Ya no solo eran telas, también artesanías que su fundador traía desde Italia. Luego se sumaron otros rubros como perfumería, tejidos suizos, casimires ingleses... y ropa confeccionada en Ecuador, lo que resultaba una