LA HISTORIA EN UNA BALSA
El encuentro fue en el Parque Histórico, en Samborondón, en el Malecón 1800, con el río Daule y la brisa como testigos. En el muelle, atracada, estaba la balsa de Humboldt que esa noche iba a ser inaugurada.
Los 400 invitados escucharon atentos las palabras del vicepresidente de la República, Otto Sonnenholzner, quien en su discurso recordó que Alexander von Humboldt registró más de 4 mil especies ecuatorianas, que dibujó el punto más cercano de la Tierra con el Sol, “que es el Chimborazo, nuestro volcán es el protagonista de sus apuntes”, para concluir que “Humboldt y Ecuador están ligados para siempre”.
También hubo música. Tan variada como lo iba marcando el
momento. Desde los himnos de Ecuador y Alemania, a cargo de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Gobierno del Guayas, hasta el tradicional Himno de la Alegría, a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Prefectura, que luego también interpretó los clásicos Romance de mi destino y Guayaquil de mis amores.
Los asistentes se dejaron enamorar de los detalles finamente escogidos. Como el delicado coctel de cacao y ron, o las delicias gastronómicas servidas en bases ecológicas como platos de balsa, hojas de plátano y mazorca de cacao.
Al final, todos se retiraron satisfechos. Habían recorrido, con su imaginación, la vida de Alexander von Humboldt mientras la réplica de su embarcación seguía siendo admirada.