UNA CARA VISIBLE EN EL FEMINISMO
Elizabeth Banks sigue siendo actriz. Pero ahora destaca más por su labor como directora, productora y guionista. Apuesta por trabajos en los que las mujeres no sean marionetas, objetos sexualizados y meras acompañantes del protagonista masculino. Proyectos en los que ellas muestren su liderazgo, independencia y también capacidad para hacer reír al público, como en Dando la nota o Los ángeles de Charlie, su último estreno.
La actriz pasó de interpretar a rubias ingenuas y guapas a tomar las riendas de su carrera profesional. En 2015 reveló a la revista S Moda que su pasión era estudiar el comportamiento humano y por ello ejercía como actriz. Sin embargo, comenzó a aburrirse y no encontraba un buen director que supiese exprimir su talento: “Llegó un momento en que empecé a sentirme invisible en esta industria. Y la idea de dirigir se me quedó en la cabeza”.
También el paso del tiempo ha hecho mucho en esta evolución. Banks tiene 45 años y es de sobra conocido que Hollywood no se porta bien con las actrices cuando soplan cada vez más velas. En 2002, con 28 años, no obtuvo el papel como novia de Spiderman porque era “demasiado mayor”.
A pesar que está involucrada en mil cosas, el feminismo ocupa un espacio importante en su trabajo y en su vida personal. Fue una de las caras más visibles de la Marcha de las Mujeres en 2018, junto a otras celebridades como Eva Longoria, Lupita Nyong’o, Viola Davis, Scarlett Johansson y Jane Fonda. No obstante, es polémica su decisión de contratar un vientre de alquiler para gestar a sus dos hijos, Felix y Magnus, de 8 y 7 años respectivamente. En su blog personal defendió esta práctica: “El único verdadero obstáculo al que he hecho frente en mi vida es que soy estéril. Tras años intentando quedarme embarazada sin éxito, nuestro viaje ( está casada desde 2003 con el periodista Max Handelman) nos llevó hasta un vientre de alquiler: hacemos un pastel de bebé y lo cocemos en el horno de otra mujer”.