MÁS DE ESTELA
En sus canciones ha logrado un sonido particular, diría yo característico de Camila. ¿ Qué cree usted que lo hace diferente? No hay una fórmula secreta para diferenciar mi música de otra. Mantengo vivos todos los sonidos que a mí me encienden, lo que me produce algo. Esto es lo que naturalmente me ha llevado a los ritmos folclóricos latinoamericanos como el son, la milonga o el candombe. Yo no pienso en si va a ser comercial o no, me interesa hacer canciones que, creo, tocan un nervio. ¿ Siempre es así de nostálgica? Yo soy bastante polifacética. Me interesa mucho la parte emocional, aunque yo siento que siempre me inclino por el humor. Me ha costado mucho hacer el balance de mis emociones. Soy muy romántica y cuando tienes la vena abierta es difícil manejar las decepciones y ese tipo de cosas. Por ese lado he aprendido mucho. No me considero alguien triste, todo lo contrario. Pero exploro ese lado en mis composiciones. Lo que pasa es que esa ‘ tristeza’ la llevo a un punto positivo. ¿ De qué lugar interno proviene Estela? Bueno, sale justamente de esa necesidad de darle a la tristeza y al sentimiento de pérdida para sentirlo y que te aporte algo. Hay que crear algo hasta del dolor. La escribí en una época de mi vida en la que yo tenía que despedirme de muchas cosas, de personas, lugares y estaba superdolida. Decidí usarlo como una fortaleza. ¿ Esta canción es de duelo? No la considero de duelo, es más como una ofrenda. Y creo que aplica a esta etapa ( época del COVID19), en la que siento que muchísimas personas hemos tenido tanto tiempo a solas y hemos reflexionado sobre lo que hemos sacrificado por esta situación. Para mí no queda otra opción que darle el lado positivo. Que queme, pero que no incendie.