“Amo a Fernando como el primer día”
En julio del 2019, la actriz Paola Olaya (34) subió un mensaje en las redes sociales para manifestar que su matrimonio con el actor y director Fernando Villarroel había terminado. Luego de la tormenta llegó la calma. El pasado mes de junio, ellos celebraron once años de casados. Están más unidos que nunca y compartiendo con su único hijo Fernando de 7 años. En septiembre cumplirá 8.
¿ Cómo vivió la cuarentena?
Al principio de la pandemia estaba aterrada. No salía ni veía a nadie. Ya estoy más relajada pero no hay que descuidarse. Durante la cuarentena me dediqué a limpiar, limpiar y limpiar la casa. Además estoy estudiando meditación y yoga en la Asociación Escuela de Autorrealización ( AEA). Al principio era presencial, ahora hago los cursos virtuales. Son siete niveles, ya voy al cuarto. También estoy en una escuela californiana llamada Ananta.
¿ Por qué le interesaron ese tipo de temas?
Estaba en un momento de mi vida complicado, me sentía desequilibrada y buscaba algo que me ayude a calmar. Un amigo coach me recomendó la escuela y el libro Autobiografía de un yogui, de Paramahansa Yogananda. Con él hice algunas sesiones.
¿ De qué manera ayudaron estos cambios en su vida?
Me ayudaron a tranquilizar el carácter, a tener paciencia. Hay defectos de las otras personas que me molestaban muchísimo. Ahora ya no les doy importancia y me siento más unida a mi familia.
¿ Qué la hizo sentirse tan desequilibrada?
Estaba en un momento en el que no sabía qué quería ni qué hacer. Hasta Fernando salió salpicado.
Ese mal momento la hizo publicar un mensaje en las redes sociales diciendo que su matrimonio ya no iba más...
Estaba harta de muchas situaciones. En ese momento no existía comunicación entre nosotros, no nos entendíamos y por lo mínimo peleábamos. No podíamos hablar, ni nos escuchábamos. Fernando me tuvo mucha paciencia y se manejó con inteligencia hasta que se me quitó la locura ( risas). Ustedes no ventilaron sus problemas…
Eso no iba a ayudar en nada. Las parejas por rabia hacen comentarios que lastiman, ofenden y provocan resentimientos. No hubo terceras personas, ahí sí no habría quedado nada de Fernando Villarroel ( risas).
¿ Cómo lo superaron?
Nos ayudó la terapia profesional. Esta fue nuestro árbitro, ahora hablamos y nos escuchamos. Igual a veces lo quiero matar ( risas).
¿ Qué aprendió de esa crisis?
Aprendí a escuchar, a tener paciencia y arreglar cosas con las que no estaba de acuerdo. Ahora no tomo decisiones a la ligera, toda la vida he sido impulsiva, no he controlado mi carácter, pero se va aprendiendo en el camino.
En once años de matrimonio, ¿ qué ha sido lo más complicado?
En la cuarentena descubrí que Fernando es desordenado.
¿ Recién se da cuenta?
Siempre hemos tenido personas que nos ayuden en la casa. En la cuarentena me tocó limpiar y a él cocinar y lavar platos. Le pedía que lave los platos en los que comía, pero a veces los dejaba sucios. Pero yo no me amargaba ni peleaba. Siempre estuvimos conectados, por ello nos casamos rápido, a los 6 meses. Han pasado once años y sigo enamorada de Fernando como el primer día. Admiro su inteligencia y fuerza, es muy cariñoso.