EL TÍTULO DE DUQUE DE EDIMBURGO SIGUE EN EL AIRE
El príncipe Eduardo de Inglaterra ( 57) no está seguro de que ser el nuevo duque de Edimburgo, como lo quería su padre, Felipe de Edimburgo, y su madre, la reina Isabel II. Aunque él no goza de la mala fama de su hermano, el príncipe Andrés, su otro hermano, el príncipe Carlos, parece no estar dispuesto a que el menor herede el título que sus progenitores acordaron tras su matrimonio con Sophie de Wessex en 1999. A pesar de que este nombramiento ya estaba previsto y parecía contar con el beneplácito de todos, ahora los hermanos estarían enfrentados por un título nobiliario de especial cariño por el vínculo personal para ambos al que está asociado. Al parecer, no solo se trata del título en sí, sino de la responsabilidad de seguir un legado y un ejemplo que, según la familia, Felipe de Edimburgo dejó muy en alto. Sunday Times consultó a fuentes cercanas a la familia británica el nombramiento del príncipe Eduardo como futuro duque de Edimburgo y aquello está en el aire. Además, en los planes de
Carlos está reducir la condición de familia real tan solo a los miembros directos del rey; en su caso, a él, su hijo Guillermo y sus respectivas esposas, Camilla Parker Bowles y Kate Middleton, así como a sus nietos. Son menos los que recibirían la asignación real y menos los que podrían ensuciar la imagen pública de la familia y, con ello, la institución que representan. Desde la muerte del duque de Edimburgo, el título lo ha asumido Carlos, aunque de manera temporal hasta que recaiga en su heredero final. Ahora bien, este heredero final del preciado título tendría que ser el príncipe Eduardo cuando el príncipe Carlos sea coronado como rey de los británicos, como así quería Felipe de Edimburgo y la reina Isabel II.