Las cuñadas se llevan mal
Siempre existió una mala relación entre Charlene y sus cuñadas, las princesas Carolina y Estefanía. Las tres han intentado evitarse y frente al público no disimulan la poca empatía que existe entre ellas. Las dos hermanas del príncipe hicieron equipo contra Charlene y se ofrecieron para sustituirla cuando fuera necesario. Carolina, tanto antes como después del matrimonio de Alberto, se convirtió en la representación femenina que lo acompañaba. Incluso sus hijos ( Andrea, Carlota y Pierre), por ser mayor, eran los herederos en la línea de sucesión al trono. Todo cambió con la llegada de Jacques y Gabriella en diciembre de 2014, quienes garantizan la continuidad del linaje del soberano Alberto. Desde entonces el papel de Carolina fue mermado. La fórmula que han utilizado para no verse las caras es la siguiente: cuando Alberto acudía a un acto con Charlene lo hacía sin Carolina, y viceversa. Los primeros indicios que se tuvieron de esa mala relación se dieron en el Baile de la Rosa de 2015, cuando Charlene faltó por primera vez a este vistoso evento organizado por Carolina. Desde entonces, ha faltado en cada una de las ediciones. El primer año, el Palacio proporcionó una justificación, que se encontraba en casa con sus hijos, pero en los años siguientes no se han preocupado ni siquiera en dar una explicación.