CONECTADA A SUS RAÍCES
◫ Al mismo tiempo que se adentraba en los cuencos, Cristina conoció los beneficios del cacao ceremonial que, si bien en Ecuador se lo puede producir, no es muy conocido. “Es cacao puro al 100 % y de grado ceremonial que proviene de árboles ancestrales con más de 150 años”, explica. Para especializarse en ello, se apuntó de manera online a una escuela de cacao ceremonial en Guatemala. “En ese camino me sentí conectada con mis raíces. Mi familia tenía fincas y una de mis tías me contaba que ellos decían ` cacao para el alma', porque había la creencia de que este abre el corazón y lo restaura. Incluso, mi abuela lo tomaba para sus dolores menstruales y para dar a luz”, recuerda. “Por eso me sentí tan enraizada. Pero creo que también lo debería estar todo ecuatoriano, porque surgió en nuestra Amazonía”, agrega. Al momento de emprender, tuvo el apoyo de una de sus amigas quien tiene una finca ecológica en Chone y, a finales del 2021, comenzó a lanzar su producto bajo el nombre Calma Cacao. “Ha sido un reto. En cada sesión con cuencos brindo una taza de cacao para que prueben. Al llamarse ` cacao ceremonial' hay quienes piensan que tiene relación con algo religioso, pero se debe a que es tratado de forma diferente, sin preservantes, a fin de que sus nutrientes se conserven”, precisa. Sus clientes potenciales han llegado del exterior y ha exportado a Alemania, Islandia y Chile. Sin embargo, ya está adentrándose más a nivel local. Con estas barras se puede preparar una bebida y utilizarla en varios ámbitos de su vida para disminuir estrés y ansiedad, aliviar dolores posquirúrgicos, regular el sistema nervioso, entrar en estado meditativo, o para preparar el cuerpo durante y después de un entrenamiento deportivo. “El cacao trajo calma a mi vida y es lo que quiero que traiga también en otros”, concluye.