LAS NADADORAS
Versión sacarina e inquietante que presenta, bajo la dirección de Sally El Hosaini, la historia real de Yusra Mardini, nadadora siria de cuya autobiografía nace el guion. La cinta que presenta Netflix peca en su longitud, unos minutos menos le hubieran permitido mayor estima, pero gracias a su trama y el manejo de la historia que permite analizarla bajo capítulos imaginarios.
En el primero está la vida que guardan las chiquillas, su colegio, sus momentos de diversión y las exigencias de su padre, un exnadador convertido, para sus hijas, en entrenador. En una fiesta, magníficamente elaborada en tonos azules, aparece en el horizonte el rojo de las llamas y el humo de un avance guerrero. La paz ha terminado y se prepara la fuga.
En la segunda ‘parte’ (y la más sugestiva) encontramos las peripecias del cruce que genera esta jornada y que las unirá a personas que reflejan lobreguez y ello se entiende fácilmente porque nuestro país sufre emigraciones análogas. Estas secuencias están hábilmente fotografiadas, muy bien presentadas y su música es épica; la suspende cuando llega la quietud y entonces priman las cadencias de corte popular.
Los personajes que en ellas imponen son congruentes al escenario visual y apoyan la narrativa del suspenso, del miedo a lo desconocido y la desilusión constante al imaginar que todo puede fallar o la posible deportación. Impresionante la toma del ‘basurero’ en la playa, tan bien lograda (gracias a la cámara puesta en el dron), que hace recordar una de las escenas clásicas del cine: miles de heridos