Expresiones

FEDERICO Y MARY DE DINAMARCA

LOS NUEVOS REYES SE BESAN ANTE LOS OJOS DEL MUNDO LA MONARCA MARGARITA ABDICÓ A FAVOR DE SU HIJO. UNA CEREMONIA EMOTIVA, SIN LA ASISTENCIA DE CASAS REALES.

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Fmargarita,ederico ya es rey de Dinamarca tras la abdicación de su madre, el domingo 14 de enero. La ceremonia en Copenhague fue solemne y austera en la que él y su esposa, la reina Mary, acapararon el protagonis­mo. El nuevo monarca salió al balcón del Palacio de Christians­borg y la Primera Ministra, Mette Frederikse­n, proclamó el cambio de trono, tal y como recoge la Constituci­ón danesa de 1849. Surgieron los que pedían que fuera la propia Margarita la que lo proclamara, sin embargo, esto no se ajustaba ni a la tradición ni a la legislació­n Era un momento histórico y Federico, al pronunciar su discurso, no pudo evitar las lágrimas. “Mi madre, su majestad la reina Margarita, ha reinado en Dinamarca durante 52 años. A lo largo de medio siglo ha seguido los tiempos teniendo como punto de partida nuestra herencia común. Siempre será recordada como una regente fuera de lo normal. Mi madre, como pocas, ha logrado volverse una con su reino. Hoy, el trono pasa. Espero ser un rey que sepa unificar”. Añadió: “es una tarea a la que me he enfrentado toda mi vida. Es una responsabi­lidad que asumo con respeto, orgullo y mucha alegría. Me esforzaré por llevarla a cabo con vuestra confianza. Necesitaré todo el apoyo que pueda obtener de mi amada esposa, de mi familia, de ustedes y de aquello que es más grande que nosotros”, dijo durante su intervenci­ón. Lo acompañaro­n Mary y sus cuatro hijos, Christian, Isabella y los mellizos Vincent y Josephine. Abrazados en todo momento y muy emocionado­s. La proclamaci­ón de Federico X estuvo marcada por el escándalo que protagoniz­ó por sus imágenes con Genoveva Casanova en Madrid. Para zanjar los rumores de crisis conyugal, los soberanos se dieron un beso. Un gesto que fue recibido con una gran ovación.

LAS LÁGRIMAS DE MARGARITA

La reina Margarita llegó al Castillo de Christians­borg y se dirigió al consejo de estado. Ante la presencia de Federico y su nieto Christian firmó su abdicación. Luego se puso de pie señalándol­e el sitio a su hijo. Con una mirada muy maternal y al borde de las lágrimas, dio paso al nuevo monarca. Este hizo una reverencia a su progenitor­a y procedió a firmar el documento. Ella luego abandonó el salón, rumbo a su residencia.

LA SOBERANA OPTÓ POR EL BLANCO

Mary lució un vestido blanco de escote redondo, hombros estructura­dos, mangas largas y falda de caída fluida, que destacó por la bufanda drapeada que parte del cinturón y se envuelve alrededor del cuello. Siguió una tradición que la une a Matilde de Bélgica y a Letizia de España, quienes vistieron de blanco, en las respectiva­s proclamaci­ones de sus maridos. Además, eligió las que fueron sus joyas preferidas en los 20 años como princesa heredera: el set de diamantes y rubíes que data de 1804 y se encargó para que Desiree Clary Bernadotte lo usara en la coronación de Napoleón en París. Una vez que su marido, Carlos XIV Juan de Suecia, se convirtió en monarca, estas alhajas se dirigieron a Estocolmo y llegaron posteriorm­ente a Copenhague con la reina Lovisa, en 1869. Son las princesas herederas danesas quienes las llevan, pero la reina Ingrid, madre de Margarita, continuó usando estas joyas incluso después de ascender al trono.

CHRISTIAN, EL HEREDERO AL TRONO

No solo fue un día importante para Federico y para Mary de Dinamarca, sino también para su hijo mayor, Christian. Por ello recibió el cariño y apoyo de sus hermanos menores, con los que se movilizó en el mismo vehículo del palacio de Amalienbor­g al del Christianb­org. Un carro clásico, oscuro y escoltado por seguridad llevó al primogénit­o y a los jóvenes príncipes. En los asientos delanteros iban los mellizos, Vincent y Josephine, y detrás Christian e Isabella.

LA POLÉMICA PRESENCIA DE JOAQUÍN

La presencia del príncipe Joaquín en la abdicación de su madre, la reina Margarita, y en la proclamaci­ón como nuevo monarca de su hermano, Federico, generó comentario­s desde el principio. La jefa de prensa del Palacio Real, Lene Balleby, dijo que él iba a estar a título familiar y que no se había previsto ningún papel oficial ni para la abdicación ni para la proclamaci­ón. Sin embargo, cuando la prensa danesa preguntó los motivos de la ausencia de su esposa, la princesa Marie (quien se quedó en Estados Unidos) surgieron confusione­s, ya que se añadió que Joaquín tiene un papel constituci­onal y su mujer no.

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