MASACRE DEJÓ UN MENSAJE DE OPTIMISMO AL ECUADOR
Son la banda colombiana de death metal que más profundas tiene sus raíces en la música extrema a escala mundial. Masacre tiene a Álex Oquendo (artista gráfico y vocalista) como líder desde que, en 1988, formó el grupo junto al fallecido baterista Mauricio Montoya, Bull Metal. Es una leyenda viva que no ha dejado de componer discos y diseñar sus portadas, pero también las camisetas y otros accesorios durante tres décadas y media.
En un bar del barrio quiteño La
Mariscal, la espera por la rueda de prensa con el quinteto se había hecho larga. Afuera, el ruido habitual de un jueves ‘laborable’ se combinaba con las voces de los habitantes de calle que piden una moneda a quienes caminan con prisa. La llegada de los integrantes de Masacre se había postergado por la prueba de sonido que tenían prevista en un barrio cercano, La Gasca, donde sería el concierto de esa noche.
Dos horas después de lo anunciado, Álex Oquendo ocupó la mesa junto con los músicos que lo acompañaban, para tomarse fotografías, firmar afiches y luego responder algunas preguntas.
Juan Carlos Gómez, Wilson Henao, Jorge Londoño y Álvaro Álvarez también vivieron en la Colombia de fines del siglo XX, lo que se conoce como “la violencia”, en referencia a etapas pasadas de su historia reciente. ¿La música puede sacar de la violencia? A fines del año pasado, Álex le respondía a la periodista Selene Botero, de diario El Colombiano, que mientras “en Medellín estaban reclutando ‘pelaos’ para el sicariato, nosotros estábamos ajenos a todo eso; nos interesaba una guitarra, una batería, un casete, un disco y no una moto, ni la ropa de moda, ni un arma, ni balas, ni droga, ni dinero”.
En los años 80 y 90, la crudeza del ultra metal empezó a reflejar la guerra que se vivía en Medellín. Ese entorno “hizo que fuéramos más radicales, fuertes y contundentes con nuestra música. El metal hizo presencia, fue más rebelde desde entonces. Eran, como hoy (en Ecuador), momentos para explorar, pintar, escribir, dibujar, cantar y narrar. El arte finalmente puede contar la dura realidad que vive un país”, expresó el vocalista antes de su show en Quito el 1 de febrero.