LA GALA SE MANTIENE SIN IMPORTAR EL ESCÁNDALO
Se ha celebrado desde 1954, cuando Grace Kelly impulsó por primera vez esta gala con tintes solidarios, cuyos fondos se destinan a la Fundación Princesa Grace, creada por quien fuera una de las más bellas estrellas de Hollywood. Con el tiempo, se convirtió en una tradición que solo ha podido romper la pandemia. De hecho, en 2020 y 2021, la prestigiosa Salle des Étoiles del Sporting de Montecarlo estuvo vacía. Aquello ha sido algo que nada había podido lograr. Ni los escándalos financieros ni los episodios un tanto oscuros que, de cuando en cuando, han ensombrecido la luz del principado de Mónaco. Así, con la frente en alto, los planes de la celebración se mantienen este año. Esto, sin que se le dé mucha importancia a Claude Palmero, asesor y contable de Alberto II y de su padre, y los detalles en los libros de contabilidad del soberano, con sus despilfarros, los millonarios gastos de la princesa Charlene en ropa y los supuestos chantajes a amantes del príncipe y a otros hijos no reconocidos para comprar su silencio. Este marzo, los Grimaldi posarán sonrientes junto a sus muy selectos invitados. Mantendrán intacta la fachada de belleza, riqueza y seguridad con la que representan a su pequeño país. Ser parte del importante acontecimiento social tiene un costo: más de mil dólares por el cubierto, las bebidas se pagan aparte. Hay una salvedad, únicamente los invitados a la mesa del príncipe y Carolina no pagan. Ha trascendido que la estrella del Baile de la Rosa este año podría ser la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada quien, estamos seguros, no va a pasar
El año pasado, en su 67 edición, el Baile de la Rosa se inspiró en Bollywood. Recordemos algunos momentos. desapercibida. En todo caso, Europa se prepara para la gran cita en la que abunda toda clase de excentricidades.
Este encuentro de la elite promete, como cada año, vestidos fastuosos e impresionantes, derroche de glamour y mucho, pero mucho lujo.