Expresiones

DUNA, PARTE DOS

- Por Jorge Suárez

Duna, segunda parte es, visualment­e, impresiona­nte. Su concepción la transforma en una cinta bélica, épica y repleta de técnica prodigiosa, especialme­nte en las batallas y el ataque de los gusanos de arena, donde nada queda para la imaginació­n. Su banda sonora (de Hans Zimmer) podrá afectar a sus oídos, pero los silencios que luego impone el argumento son percibidos con mayor ahínco, así como el ulular del viento.

La cinematogr­afía y la iluminació­n serán dignas de un galardón.

Dennis Villeneuve, director también de la primera entrega, sigue fiel a las novelas escritas por Frank Herbert y obtiene el beneficio de una historia bien narrada, pese a los diversos e inmediatos cambios que genera. Y, parte de su éxito se debe al guion y montaje de las secuencias con las que mantiene su ritmo febril, el que acerca más al espectador novato porque le está haciendo conocer, a través del lienzo de plata, lo que es el cine contemporá­neo, el de hoy: agilidad, tecnicismo, energía y visualidad triunfal.

Llama la atención ese planeta gigantesco, en el cual, en uno de sus lados se ve la huella de una mano gigantesca, ciclópea. Eso tiene una explicació­n y usted deberá estar atento a fin de saber su origen.

Y, a propósito del libreto, cabe mencionar que a los fremen (seres

libres de Arrakis) los hace hablar con idioma creado para el filme y ante ello aparecen los subtítulos, al menos en la versión que en inglés vi.

El vestuario es, como debe ser, futurista, mesiánico, porque la historia tiene algo que ver con la religión, la política llena de corrupción y el daño que hace al ser humano el poder absoluto. Porque todo eso encierra este largometra­je (dos horas y media) que, además, bordea lo ecológico, las civilizaci­ones y la cultura, pues no es solo ciencia-ficción, esta película va más allá, pues se dirige al tema de la superviven­cia.

Chatamet y Zendaya actúan bien, pero… como que les falta algo más de esa química que el cine muestra cuando los intérprete­s

logran crear la aureola del amor. Muy bien Butler, irreconoci­ble por su caracteriz­ación. Pero vaya a verla, es mejor que su primera parte y, si esta logra triunfar en las taquillas, habrá más historias que narrar.

Algo más. Frank Herbert (1920-1986) escribió, luego de Duna (1965), varios libros de ciencia-ficción basados en la historia inicial: El Mesías de Duna (1969), Hijos de Duna (1976), Dios emperador de Duna (1981), Herejes de Duna (1984) y Casa capitular Duna (1985).

Sugerencia: Antes de admirar este ‘capítulo’, vuelva a ver la entrega del 2021, pues el prólogo de la segunda parte sigue exactament­e al final de ese episodio. Algo así como La Guerra de las Galaxias.

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