EMMA Y CILLIAN MI ENCUENTRO CON DOS GRANDES
CON ESTA, HE TENIDO PRESENCIA EN LA GALA DE LOS PREMIOS ÓSCAR POR 56 OCASIONES. EL AÑO DE LA PANDEMIA, PUDE PREGUNTAR VÍA ZOOM. “¡MI VESTIDO SE HA RASGADO!”
Sube de prisa, tiene problemas con el traje de noche. Visiblemente emocionada se acerca al micrófono y dice: “¡Vaya! Mi vestido se ha rasgado. Pienso que todo sucedió durante el número musical de Ryan, estoy segura de ello. Perdón, esto es avasallador. Lamento la interrupción. He perdido algo de mi voz, bueno… Estas damas, aquí en el escenario, son realmente increíbles. Sandra, Annette, Carey, Lily, este galardón lo comparto con ustedes y tengo el orgullo de haberlo ganado con vosotras en la competencia. Abrigo la esperanza de que sigamos unidas y deseosas de volver a competir.
No sé ni lo que digo. ¡Dios mío! Estoy, totalmente… bien. Anoche viví un pánico terrible, pero con la esperanza que esto pudiese acontecer. Tal como lo dijo Yorgos (el director de Pobres criaturas): ‘Por favor, sal
del papel’. Y tenía razón, porque Bella (su personaje) no se trata de mí. Es más bien que junto a ella y los realizadores conformamos un grupo humano que hizo un filme grandioso, algo que fue más allá de nuestras partes.
Y ese es el mejor lado, es lo que valoriza el hecho de trabajar en el cine. Me siento honrada por el solo hecho de compartirlo con todos los miembros del reparto, con el grupo técnico, con aquellas personas que
vertieron amor en su rama y lograron, con su brillantez, realzar a estas Pobres criaturas.
Y Yorgos, gracias por darme a Bella Baxter. Viviré eternamente agradecida por el hecho de haberme invitado a forjar el sueño de este grupo”.
“EXTRAÑO A BELLA”
Emma Stone ha dejado de ser la heroína de La La Land. Ahora es una mujer de 35 años, elegantemente vestida. Lleva un diseño de Louis Vuitton. Porta un collar de diamantes amarillos y los hombros desnudos (gracias Tara). No es muy alta (1,68 m), pero su imagen es la estampa de una mujer de clase.
Es muy blanca, prácticamente rosada y su voz tiene un ritmo peculiar. Sus ojos son dos lagunas, totalmente azules. Verla en persona genera el impacto de su diferencia física, la que brota en relación con su largometraje y la que estoy viendo, pues es una mujer sumamente atractiva, que en la cinta no lo es.
La sala aplaude y ya han elegido el número que puede preguntar.
Se la vio, realmente, asombrada cuando escuchó su nombre.
¡Dios mío! ¡Sí! Quedé bloqueada. Aún me siento algo mareada. Es tan grande el honor, que estoy verdaderamente sorprendida.
Hay que seguir adelante, pero este rol ha sido enorme, grandioso para mí”.
Otra voz, esta vez femenina, cuestiona:
Me gustaría saber, y perdone la ligereza de la pregunta, ¿qué pasó con su vestido?
Bueno, es que tuvieron que coserme un detalle que molestó la espalda. Sucede que al cantar Gosling su Yo soy Ken, me entusiasmé y comencé a bailar en mi asiento. Fue su voz, el ritmo, su manera de proyectarse. Quedé tan asombrada, que me dieron ganas de moverme con frenesí y… se dañó la parte de la espalda del traje.
Erin, ejecutiva de la Academia, sonríe al escucharla. Nueva voz llega, a través del micrófono:
Me gustaría saber qué aprendió de Bella Baxter, su personaje…
Fue una caracterización importantísima. La oportunidad de interpretar a un ser humano que empieza con su mente empobrecida, que en realidad es una metáfora de la vida, va aprendiendo a hablar, a tener habilidades que mejoran en su día a día, que está llena de curiosidad, de alegría y va en pos de un verdadero amor. Es el desafío que la vida le depara, su fascinación y asombro. Todo ello quedó convertido, para mí, en una lección asombrosa. Y le confieso que extraño al personaje, desde que terminamos el rodaje, hace tiempo, algo así como dos años y medio. Extraño a Bella y estoy muy agradecida de que esta noche podamos celebrar aquellos meses ya transcurridos.
Anuncian que la entrevista ha terminado y quienes están en la sala, al igual que yo, lamentamos que hayan sido pocos los momentos pasados en la sala de entrevistas.