CHRISTOPHER NOLAN UN CABALLERO A CARTA CABAL
SE HA CERRADO UN AÑO MÁS DE ESTE PERIODO OSCARIANO. ESTA SERIE DE ENTREVISTAS EN EXPRESIONES TERMINA CON EL DIRECTOR DE
COPPENHEIMER.
onsiderando que en el 2015 la revista Time lo puso en la nómina de las 100 personas más influyentes del siglo XXI, resulta obligatorio esperarlo en la sala de entrevistas. Recuerdo su trilogía de Batman y Dunkerque (2017), la forma evocativa que impone a la música de sus películas y los seis billones de dólares que sus filmes han generado en las taquillas del mundo. Además todos sabemos que, a sus 53 años, es uno de los mejores directores que el cine pueda tener. Para muchos, el mejor.
Silenciosamente llega con dos de sus óscares en la mano. Es delgado, no creo que pase las 162 libras, peso que se diluye en sus 1,83 metros de estatura. El pelo es entrecano y rebelde, a menudo cae sobre su frente. Lleva con elegancia su smoking.
Sorprende su calma, su pacífico tono de hablar. Carece de orgullo excesivo y demuestra buen humor. Podría decirse que es un caballero a carta cabal.
La sala, algo cansada por la espera, aplaude. Percibo que las primeras preguntas son intrascendentes y espero. Salta una pregunta llamativa:
¿Cómo va a celebrar su triunfo?
Mi plan es ir al Baile de los Gobernadores y luego estar con mis hijos, mi familia y celebrarlo juntos. Entonces mencionan mi número (315) y pregunto a quemarropa:
¿Qué significado tiene para usted llevar dos óscares en sus manos?
Que puedo hacer rulos con ellos (ríe la gente). Pesan, pero emocionan. Hablando en serio, es agradable ser considerado el mejor director por mis colegas. Y que Oppenheimer reciba el premio destinado a la mejor película es como un testamento de fe para quienes tuvieron que ver con el rodaje de la cinta, nuestro increíble reparto y el equipo de filmación. Por ello, estas dos estatuillas causan una increíble emoción.
Rápidamente, una bonita voz femenina exclama:
Tengo curiosidad por saber cómo un director, verdaderamente, debe tener la confianza suficiente en sus decisiones, en su visión del filme que va o está rodando. ¿Qué ha sido para usted el ver a Oppenheimer abrazado por el público y sus colegas a tan alto nivel?
Una increíble emoción. Cuando se hace una película a gran escala, obviamente que se piensa, se cree, en la posible aceptación del público. Exhibiendo la película en el mes de julio, la acogida fue superior a lo imaginado a nivel mundial. Y ganar reconocimiento por parte de mis colegas viene a ser como la crema de un pastel. Eso ha sido y es muy importante para mí. Ha sido maravilloso finalizar aquí un año extraordinario.
Hay más preguntas por parte de los 200 invitados de la prensa, cantidad ya reducida, pues anteriormente eran 300 periodistas.
Los presentes, al partir Nolan, han comenzado a devolver los audífonos que deben ponerse para ver y escuchar en pantalla toda la ceremonia. Esas pantallas que se apagan en el momento en que están frente a nosotros los ganadores.