LAZOS DE VIDA
Esta no es una película de guerra, más bien tiene de base el proverbio hebreo que manifiesta eso de: “Salva una vida, salva el mundo”. Esa es la idea principal del filme que dirige James Hawes (de la serie Espejo negro, Netflix) y que está basado en una historia verdadera, reflejada en el libro No es imposible… la vida de Sir Nicholas Winton, escrita por su hija, Barbara Winton, y que ha demorado 15 años en realizarse y estrenarse.
Lo admirable de este largometraje (110 minutos), además de su buena dirección, es la habilidad demostrada en su dirección artística y vestimenta de los personajes y extras, pues abarca décadas diferentes: la de los años 30 y la de los 80.
Sobresale también la forma en que han utilizado las cámaras: cuando Winton vive su juventud, las secuencias son ágiles, movidas, con cámara sobre los hombros siguen los problemas de Nicky y la fotografía adquiere tonos fuertes. Cuando está envejeciendo, las tomas son lentas y los colores, serenos. Todo esto refleja el paso de los años, los que van de la juventud a la vejez.
La actuación de Johnny Flynn asombra. Es Anthony Hopkins joven, ha logrado atrapar el ritmo, sus movimientos hasta hacerlos
suyos. Si lo dudan, traten de ver El león en invierno (1968). Hopkins, a su vez, demuestra una vez más su extraordinario talento. Las secuencias en que expone su pesar por cierta fallida operación, crean una resonancia emocional pocas veces experimentada. Él es, sin lugar a dudas, uno de los mejores actores del siglo XX y XXI, lo afirman sus óscares por El silencio de los inocentes (1991) y El padre (2020), amén de cuatro nominaciones extras. Sobresalen también Helena Bonhan-carter y Jonathan Pryce.
La música está lejos de ser melodramática. Sirve, más bien, para hacer vibrar las emociones.
Aunque el desenlace es conocido a los pocos minutos de proyección,
no creo conveniente que ustedes lo sepan a través de esta columna. Es mejor que lo vean con sus propios ojos.
Algo más. La película fue rodada en Praga y Londres. Locaciones que dan fidelidad a la trama, especialmente la estación ferroviaria de la capital de la República Checa.
Sobre esta historia se ha filmado una cinta checa titulada Todos mis seres queridos (1999) y el documental para la televisión El poder del bien, ganadora de un Emmy en el 2002. Si usted quiere ver el programa de la televisión que revivió la historia de Sir Winton vaya a Youtube y escriba That`s life, de la BBC de Londres.