POR UNA NUEVA ESCUELA
Conoció la fundación Possible Dream Foundation de Miami, Florida, cuando tenía 15 años, durante un viaje de vacaciones de la secundaria. “Son pequeños abandonados y todos tienen una discapacidad... Cuando llegué, me abrieron las puertas como voluntaria porque vieron que me gustaban los niños”, recuerda y añade que a ella le marcó el caso de Sophy, una bebé con síndrome de Down que llegó al lugar justo el primer día en que María José empezó su voluntariado. Siendo este su motor, se puso a investigar más sobre la educación especial y, en cada viaje a la Ciudad del Sol, regresaba a prestar su contingente en la institución. Y ya en la etapa universitaria empezó toda su preparación. “Tengo el ADN de la educación... Mis tías han tenido escuelas, pero yo quería algo más integral”, dice. Siguiendo su sueño, en 2010 abrió su primer jardín de infantes inclusivo. “Año a año, con los mismos niños, iba agregando más grados, hasta que llegamos al séptimo de Básica... La meta más adelante es formar un colegio”. La escuela Howard Gardner (que lleva el nombre del famoso psicólogo, investigador y profesor conocido por sus investigaciones en el análisis de las capacidades cognitivas y por haber formulado la teoría de las inteligencias múltiples) fue solo un primer paso. En 2018 nace Crearme, centro en el que se hacen evaluaciones, terapias y se brinda apoyo a niños, de la mano de psicólogos, neuropsicólogos, terapistas físicos, tecnólogos en educación temprana y más “para que la inclusión educativa y la adaptación curricular para el niño en la escuela sea un éxito”, explica. TDH, autismo, asperger, síndrome de Down, discapacidad visual y auditiva son, entre otras, las condiciones a las que dirige sus programas.