Caso Romo: Fiscalía se queda sin pieza clave
Durante la reserva de la investigación en el caso del presunto asesinato de David Romo, su madre, Alexandra Córdova, fue notificada por la Fiscalía de pocas diligencias. Una de ellas fue un peritaje para verificar si huesos se pueden convertir en cenizas con un soplete. Ella acudió a esa pericia en 2017, cuyo objeto de investigación fue un cerdo.
Ese peritaje era uno de los elementos claves que tenía la Fiscalía para sostener su versión de que Romo fue asesinado con un hacha, desmembrado y que sus restos fueron incinerados con un soplete.
Pero ayer los jueces del Tribunal de Garantías Penales excluyeron ese elemento. Resolvieron que el fiscal Andrés Cuasapaz no le realizaría el interrogatorio a su testigo, el perito Heriberto Moreira Cornejo, por haberse evidenciado la violación a Derechos Humanos y constitucionales durante esa diligencia.
El juez Wilson Caiza, presidente del Tribunal, llamó “severamente” la atención a la Fiscalía y sostuvo que “el peritaje da cierto resquebrajamiento a la dignidad humana, al alma de los seres humanos” y que “el autollamamiento a juicio es por el asesinato de una persona, no de un animal”.
El pedido de que se excluya ese peritaje fue solicitado por la víctima y los procesados, que sostuvieron que se revictimizó a Córdova y que se atentó contra los derechos de las partes.
Otros testigos
Durante el tercer día de juicio, la Fiscalía llamó únicamente a cuatro testigos. El primer día llamó a siete y el segundo a 10.
Otro de los peritos que fue convocado ayer y que sí explicó su informe, fue Wilmer Paúl Lincango. Durante su testimonio se autorizó a romper la cadena de custodia del teléfono celular de Romo para verificar el número de IMEI. Según su criterio, este número sí puede ser removido con facilidad. Córdova cuestiona que en los informes policiales aparecen cuatro números diferentes de IMEI.
Otro testigo de la Fiscalía fue la señora de un puesto de mollejas que habría sido la última persona con la que conversó Romo.