Educación y vacuna, claves contra el papiloma
Entre 2012 y 2017, las muertes por casos de cáncer de cuello uterino subieron 14% en el país.
Evitar que la población contraiga enfermedades debe ser una de las prioridades de todo Estado. Las enfermedades de transmisión sexual incluidas. Una de ellas, el papiloma, volvió al debate la semana pasada, cuando un asambleísta formulara una controversial propuesta: exigir vacuna de papiloma virus como requisito de ingreso de mujeres “al colegio, universidad o establecimientos públicos”.
El tema generó rechazo hacia la propuesta pero, más allá de eso, ha llevado a la gente a hablar sobre las mejores opciones para reducir estadísticas de este mal, que puede degenerar incluso en cáncer cérvicouterino. Según cifras entregadas esta semana por el Ministerio de Salud a La Hora, esa enfermedad ocupó el tercer lugar de mortalidad femenina, con 757 muertes el año anterior”.
En el 2012, en cambio, 664 mujeres murieron por es misma causa, lo que quiere decir que en cinco años la cifra subió 14%.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la “prevalencia” o la afectación del VPH en mujeres de 15 a 24 años de Latinoamérica y el Caribe oscila entre el 20% y el 30%. El organismo propone reducir en un tercio la mortalidad hasta 2030.
“Casi todos los países de América están utilizando una vacuna hace muchos años y el porcentaje de eventos adversos es muy bajo”, señala la OPS, luego de recordad que hasta el año anterior más de 260 millones de mujeres adolescentes en todo el mundo recibieron la vacuna y “se ha demostrado que es segura”.
El estado del país
La OPS agrega que Ecuador inició en febrero de 2014 la vacunación pública; es decir, ocho años después que Estados Unidos y Puerto Rico. En 2007 lo hizo Canadá, en 2008 Bermuda y Panamá, en 2011 Argentina, en 2012 Colombia.
El Gobierno asegura que la respuesta de Ecuador “se ha alineado” a los planes de prevención y recuerda que desde el primero de junio de 2017 la vacuna “es de aplicación obligatoria” en mujeres de entre 9 y 11 años.
“La sensibilización de la familia y la comunidad en el cumplimiento del esquema, así como mantener hábitos de vida saludable disminuye el riesgo de contraer cáncer de cuello uterino”, concluye el informe del Ministerio.